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En 1962 –lo supiste con el tiempo- os dieron a escoger entre dos opciones. Y –temes- escogisteis la equivocada. La primera venía, inconscientemente, de la mano de Terence Young, artífice de la primera película de James Bond 007, "Dr.No", basada en la novela de un innovador Ian Fleming. La segunda, de una banda de rock inglesa formada en los 60, en Liverpool y que se articuló a partir de cuatro nombres hoy ya míticos: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Recién soterrada la década, en 1971, John Lennon conmocionaba al mundo con su "Imagine": "Imagina a toda la gente/ Viviendo la vida en paz/

Imagina que no hay posesiones,/ Me pregunto si puedes,/ Ninguna necesidad de codicia o hambre,/ Una hermandad del hombre,/ Imagina a toda la gente/Compartiendo todo el mundo.../ Tu puedes decir que/ soy un soñador,/ Pero no soy el único,/ Espero que algún día/ te nos unas,/ Y el mundo vivirá como uno solo". No era, sin embargo, el 15M y se cantaba, hace 41 años, más allá de la Puerta del Sol…

Nueve años antes, 007 había asesinado a sangre fría a un adversario, pulverizando así los valores éticos que habían acompañado tradicionalmente al "bueno" cinematográfico, en una escena que, precisamente por subvertir el canon ético imperante, estuvo a punto de ser suprimida. A fin de cuentas, contaba con una licencia para matar, incluso para considerar que la mujer era poco más, o incluso menos, que un pañuelo de papel de único uso.

No había para el espía, ya, blancos y negros, sino una gran gama de tonos grises impuesta por un emergente relativismo moral… El lujo que le envolvía, el maquiavelismo subyacente (el bien del imperio británico justificaba cualquier matanza) y la comodidad que proporcionaba el haberse desprendido de la conciencia hicieron el resto. El personaje cuajó al haber asumido el público, por conveniencia, subliminalmente, esa manera ligera y exculpatoria de afrontar los actos propios. Y os quedasteis sin paradigmas. O lo que es peor, sin referentes decentes. Algo ocurrió en 1962 cuando Bond hizo lo que hizo… Su disparo mortal y certero os hirió, simultáneamente, a todos… Luego vino lo otro: se os enseñó, desde las distintas clases dominantes, que el poder y el dinero eran lo que contaba; que para conseguirlo era lícito el "todo vale"; que, según parámetros nuevos basados en el tener, quien no poseyera ciertas cosas (coches, casas, saldos, fama…) al fin y al cabo no era nadie, no era Bond…

Y todos queríais ser 007, aunque fuera a base de créditos bancarios de difícil pago… Ahora, esas mismas clases dirigentes, os dicen lo contrario y os recomiendan austeridad…
Bond sigue vivo. Inminente es el estreno de "Skyfall", la vigésimo tercera entrega de la franquicia, pero, aunque él no ha cambiado, vosotros sí… El peligro no es ya Goldfinger, o Drax, o Zorin o cualquiera de los villanos, sino vuestro propio yo, al haberos dado probablemente cuenta de que, en 1962, deberíais de haber optado por el grupo de Liverpool, más que por Connery; de que os engañaron… Que ya no tenéis. Y que tal vez no seáis... Os instruyeron en lo primero (¡qué dócil es un pueblo alienado!). Pero no en lo segundo. Nadie puede optar hoy a un Aston Martin y, mucho te temes, ni tan siquiera a un simple Martini agitado, que no removido… Sólo a llegar a final de mes… Pero resulta difícil hacerlo cuando os dais cuenta de que por robaros, hasta los asideros morales os hurtaron… Y de que ya no hay héroes a quienes imitar…

Por eso, aunque pueda parecerte tarde, vuelves ahora tu mirada hacia 1971, hacia "Imagine", en la convicción de que te queda/os queda todavía eso: la capacidad de imaginar, la viabilidad de la utopía… No es un sueño. Es un simple acto de voluntad y de sumas… Los ecos de "Imagine", mientras tanto, pululan por tu cabeza, con toda su asombrosa grandeza y contagiosa actualidad: "Imagina a toda la gente/ Viviendo la vida en paz/

Imagina que no hay posesiones,/ Me pregunto si puedes,/ Ninguna necesidad de codicia o hambre,/ Una hermandad del hombre,/ Imagina a toda la gente/Compartiendo todo el mundo.../ Tu puedes decir que/ soy un soñador,/ Pero no soy el único,/ Espero que algún día/ te nos unas,/ Y el mundo vivirá como uno solo"