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Las opciones para salir de Menorca dependen cada vez más de Ryanair. La compañía de low cost, tan denostada en los últimos meses, se ha convertido en imprescindible para disponer de una mínima oferta de comunicaciones aéreas durante el invierno, a la espera de que se adjudique la ruta de servicio público con Madrid. La compañía irlandesa superará en noviembre a Vueling en número de enlaces con Barcelona y se queda en solitario en la ruta con la capital del país, con un vuelo diario. Mientras, en noviembre, las frecuencias de la comunicación con Palma por parte de Air Nostrum se reducen un 26 por ciento, pasando de 61 vuelos semanales de Menorca a Mallorca a 45. Así queda el servicio público interinsular con un precio para residentes de 92,62 euros (ida y vuelta), con lo que la idea de hacer escala en Son Sant Joan representa un lujo difícil de asumir para la mayoría de economías familiares. Una de las conclusiones de la programación de invierno es que si Ryanair decide abandonar las operaciones con Menorca, la Isla se topará de nuevo con una situación crítica en transporte aéreo, que solo puede paliarse con el servicio público a Madrid y la tarifa plana con Palma, dos medidas urgentes.