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El Foro de Economía celebrado el viernes en el Cercle Artístic de Ciutadella puede haber servido para ayudar a cambiar el pesimismo por la esperanza de que la transformación es posible. La calidad de las intervenciones de Juan Santaló, Antoni Riera y Alfred Pastor permitió orientar el foro a las estrategias para conseguir el cambio imprescindible. No es fácil, porque el primer requisito es que existe una visión compartida de la sociedad insular de los objetivos que se pretenden conseguir. Identificar actividades con posibilidades de crecimiento e impulsar su desarrollo con decisión. Lejos de los tópicos relativos al turismo, se busca una nueva visión, el motor de la transformación. Para ser competitivos es necesario unir esfuerzos entre empresas, colectivos y administraciones, un aspecto en el que Menorca debe aplicarse con decisión. Esa es una de las vías para la mejora de la competitividad, más interesante que la de reducción de costes. La otra vía es la educación. El papel de los gestores políticos no es el de liderar, sino el de catalizar y facilitar las nuevas dinámicas. Entre ellas, el apoyo a la industria, a la exportación y a las energías renovables. Más que esperar las oportunidades habrá que crearlas.