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La Conselleria balear de Salud debe recuperar la estabilidad cuanto antes, ya que la sanidad se trata de uno de los pilares del estado del bienestar. José Ramón Bauzá ha nombrado al tercer conseller en quince meses, lo que sin duda genera una imagen de inestabilidad y conflicto en el seno de un departamento en el que la principal prioridad ha de ser la asistencia a las personas. Carmen Castro tuvo que presentar su dimisión tras un mandato lleno de turbulencias y en el que no llegó a cumplir con los ajustes exigidos por la Vicepresidencia Económica. Su sucesor en el cargo, Antoni Mesquida, solo ha aguantado tres meses. El miércoles presentó su renuncia al no poder conformar su equipo porque los elegidos no eran bien vistos por determinados dirigentes del PP, según sus propias palabras. Ahora, el presidente ha nombrado a Martí Sansaloni, un hombre de su confianza y que como declaración de intenciones ha ofrecido diálogo, pero ya ha advertido que se ajustará al plan de equilibrio presupuestario "puesto que nos hemos comprometido con Madrid". Demasiadas convulsiones en tan poco tiempo. El presidente debe cerrar cuanto antes la herida para evitar que el sistema sanitario y los ciudadanos paguen las consecuencias