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Señor Triay de UPCM. Y perdone que me dirija a usted directamente y no al Consistorio del Ayuntamiento de Ciutadella. Me dirijo a usted porque siempre ha sido "la llave" como se dice en términos políticos. Sus votos han abierto heridas unos y cerrado otras, con aciertos y errores, es parte del juego político, ya se sabe, pero no voy a ser yo quien juzgará sus decisiones, eso le tocará a ese gigantesco libro que alberga las páginas de la historia, de esa historia que cada uno escribe día a día . Pero en su página que debe andar por la nº 16.850.327, observo entre líneas un párrafo que le concierne. Leo que, enarbolando el estandarte de una solidaridad universal mal entendida y que lleva apellido de justicia, no solo ha decidido después de una profunda meditación, considerar que no hay que dar un solo euro al Fons Menorquí sino que, echando mano a esa "llave" a la que me refería al principio, ha convencido al resto de sus compañeros de Consistorio que la escoba que el pueblo ha puesto en sus manos es exclusivamente para barrer para casa y que el polvillo ajeno, las demás miserias, son cosas de otros. Cuando lea cual es mi apellido seguramente se dará usted cuenta de que, la presidenta del Fons, Begoña Jusué, es mi hija. Le supongo suficientemente inteligente para no caer en la trampa de pensar que este escrito es en apoyo de mi hija y solo en eso, ya que el cargo que ocupa, como bien debe saber, es pura coincidencia con el grado de familiaridad que nos une.

Si escribo todo esto lo hago simplemente como ciudadano y como presidente de UNICEF que fui durante veinticinco años. Conozco sobradamente las necesidades por las que pasan millones de seres humanos en esos países llamados Tercer Mundo y soy consciente de las enormes necesidades que nuestra sociedad está pasando a raíz de la crisis que estamos viviendo, pero quiero decirle algo, en mi etapa de UNICEF las sociedades de todo el mundo también se plantaban eso de que "hay que barrer hacia casa" y le hablo de épocas económicamente mucho más sólidas que la actual. Creo que su partido político y de rebote el Ayuntamiento de Ciutadella, deberían replantearse su decisión, deberían invitar a los ciudadanos a que expresaran con palabras y hechos hasta qué punto aceptan su tesis y cuáles pueden llegar a ser las consecuencias. Recuerde que "obras son amores y no buenas razones" y más cuando las razones por usted expuestas e impuestas, dada la extrema sensibilidad existente, pueden llegar a conseguir un contagio negativo y preocupante. Busquen, inventen, rasquen en busca de soluciones hasta quedarse sin uñas si es necesario, pero no quiten el poco pan a quienes se mueren. Fíjese bien que digo se mueren, de hambre. Y otra cosa que puede hasta resultar chocante: ¿Qué van a hacer con el premio que UNICEF ha otorgado a su Ayuntamiento hace solo unos días por "el apoyo a los derechos de la infancia", van a renunciar a él o "a caballo regalado no le mires el diente"?