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El Gobierno anunció el viernes que no pagará a los pensionistas por la desviación de la inflación, una medida que calificaron de "muy difícil y dolorosa", pero también de "responsable". Qué quieren que les diga, a mí todo esto me suena a milonga, y no me refiero a la del marinero y el capitán. Ante este anuncio del Ejecutivo de Mariano Rajoy, no puedo evitar pensar en mis abuelos y se me revuelven las tripas al pensar que este nuevo (des)propósito del Partido Popular les va a afectar directamente. A ellos que tuvieron la desgracia de vivir en primera persona una Guerra Civil, ahora les toca pagar también una crisis que ni de lejos es culpa suya. A ellos que pasaron hambre durante la postguerra, ahora les rebajan el derecho de vivir con la dignidad que se merecen. A ellos que trabajaron más que nadie para ofrecer a sus hijos una vida mejor, ahora les piden un esfuerzo más. A ellos que siempre están allí, a ellos que se desviven por su familia, a ellos que nunca dicen no. Mis abuelos, como los de cualquiera, llevan toda la vida luchando, haciendo frente a las adversidades y saliendo adelante sin renunciar a sus valores. Esta guerra no es suya y no tienen por qué pagar las consecuencias. No es justo.