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El Pavelló Menorca fue un orgullo para los miles de menorquines que encontraron el acomodo preciso con el que adherirse al fenómeno Menorca Bàsquet. Sin embargo, transcurridos poco más de siete años, esta instalación singular en la Isla por su grandeza se ha convertido en un problema para las instituciones que la construyeron, no solo porque abonan anualmente el elevado pago de la hipoteca -alrededor de 700.000 euros- sino también porque disuelto el club de baloncesto es preciso proporcionarle un uso que le dé sentido.

Una infraestructura nueva y equipada como este complejo deportivo debería estar en funcionamiento desde que se inició la temporada, pero el lento proceso de la liquidación de la SAD ha congelado la adopción de decisiones respecto a su futuro.

El Menorca Bàsquet clamó año tras año por una ayuda que le permitiera pagar el coste de su mantenimiento, fijado por la SAD en más de 200.000 euros anuales. Unas cifras y otras concluyen que el consorcio -Govern, Ayuntamiento de Maó y Consell- tienen un problema sobre la mesa en el caso de que no aparezca una empresa interesada en su explotación. Sea como fuere, la presencia solitaria y sin uso del edificio no debería prolongarse mucho más tiempo.