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Al fondo del pasillo, entre un pequeño armario y un perchero viejo, hay una luz roja que parpadea sin cesar y me está poniendo de los nervios. Es como el ojo de un cíclope enfurecido que me mira amenazante y me acongoja con una brillantez exagerada, tras la que se esconde un mensaje aterrador: "te vas a cagar, te voy a enviar una factura de la luz con más ceros que el contrato de Messi".

No sé cuántos de ustedes tendrán tan diabólico artefacto instalado en sus casas, pero les aseguro que nos va a fundir sí o sí. Y a pesar de pagar tanto por un servicio básico como el suministro de energía eléctrica ¿cuántos de ustedes entienden hasta el último detalle la factura? ¿Quién nos puede garantizar sin atisbo de duda que semejante cachivache lee realmente lo que consumimos? Yo, de entrada, les confieso que no entiendo nada. Lo único que compruebo mes tras mes es que, a pesar del control que intentamos llevar todos, cada vez pagamos más.

Utilizan en sus facturas un lenguaje alambicado y farragoso para darnos gato por liebre y sacarnos la pasta con la mayor impunidad. Son tantas las variables y tantos los conceptos por los que pagamos, que uno empieza a creer que no paga lo que consume, sino que paga, entre otras cosas, los sueldos millonarios de asesores tan ilustres como Aznar, Elena Salgado o Pedro Solbes, que trabajan para las empresas energéticas.

Una vez más nos tratan como a los 'paganinis' necesarios de sus chanchullos y mamoneos. El consumo eléctrico está cayendo y es normal, entre otras razones, por la gran cantidad de negocios y empresas que se ven obligados a cerrar y porque la gente no tiene dinero ni para lo básico y se mira con lupa los gastos. La situación se ha deteriorado tanto que según los últimos datos dos millones y medio de familias no encienden la estufa porque no tienen dinero para pagarla. Sí señores, las medidas que toman los listillos de la gestión llevan a millones de personas a pasar frío. ¡Olé y olé por ellos! Qué humanos y comprensivos son.

Existe una página web, estafalaluz.com, elaborada por el ingeniero Antonio Moreno, que explica con claridad meridiana la estafa a la que nos someten las eléctricas en la factura de la luz. Según este Robin Hood de las eléctricas, como ha sido bautizado tras más de veinte años luchando contra esta injusticia, en la estafa están implicados: las compañías eléctricas, los fabricantes de contadores, los partidos políticos, el gobierno, la Comisión Europea, etc. Vamos, todos chupando del bote a costa de los de siempre. Antonio Moreno perdió su puesto de trabajo debido a sus denuncias, pero recientemente le ha ganado un juicio a las eléctricas demostrándose que tenía razón. Algo de justicia, menos mal.

Queda comprobado por enésima vez, queridos lectores, que los que tienen el poder optan por el enchufismo y por la gestión opaca, demostrando de esta manera, o que son personas de muy pocas luces o lo que es peor, muy malas personas. Sea como fuere, seguimos recibiendo los calambrazos los de siempre, supongo que hasta que cortocircuitemos y por fin explotemos, o por el contrario muramos electrocutados. Ya veremos qué pasa.

Mientras tanto, he optado por poner un post-it encima de la lucecita roja, por aquello de "ojos que no ven…", aunque sé que el auténtico dolor llegará mes tras mes de forma inexorable.