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La delegación menorquina ha regresado de Fitur con un sentimiento de optimismo de cara a la temporada de 2013. Tanto desde el Consell como desde ASHOME se hace una primera valoración positiva de las previsiones en cuanto a reservas tras los contactos realizados en el marco de la feria. Sin embargo, estos resultados se circunscriben de momento a los mercados internacionales tradicionales, principalmente el británico y en menor medida el alemán, y en los países que apuntan ahora su mirada hacia la Isla, como el nórdico o el ruso. La incógnita vuelve a ser el turismo español, lastrado por la crisis económica y las deficiencias en las conexiones aéreas. Sobre este último aspecto, el presidente de la patronal hotelera, Joan Melis, era ayer contundente: "Si no facilitamos que venga gente, nos hundimos". Por otra parte, hay que valorar el esfuerzo que se está efectuando para posicionar Menorca como un destino diferenciado y en la nueva forma de promoción dirigida a segmentos específicos que demandan productos concretos, como el de los valores naturales que ofrece la Reserva de la Biosfera. El reto pendiente sigue siendo la desestacionalización. Y ello será difícil si no se soluciona el problema del transporte aéreo.