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Hace poco, con motivo de los aparcamientos azules 'low cost' de Maó y la siembra masiva de rotondas de impacto en la carretera general, los responsables de ambas materias reconocieron que se había producido un error de comunicación de ambos asuntos hacia la opinión pública. Reconocer errores es bueno, lo mejor, pero no enmendarlos hace que el error se repita. El tema de la OSP con Madrid ha vuelto a ser un ejemplo de mala comunicación con la opinión pública. Las explicaciones que ayer ofrecieron sobre los porqués y los porqués no del monopolio y del más vale pájaro en mano que 'low cost' volando llegan casi una semana tarde. Si lo que querían era que Bauzá se colocara la medalla y que se organizara una especie de fiesta de bienvenida, se han equivocado. Los tiempos son más rápidos. La opinión pública sobre un tema se genera al instante, al minuto, y la administración pública debe tener la suficiente agilidad como para dar las respuestas que la sociedad (no la oposición, ni el jefe supremo del partido) demanda. Lo del monopolio requería explicaciones rápidas y claras que nunca llegaron hasta que ayer las dio Bauzá. Si se convocan ruedas de prensa de carnavales, de jornadas para superiniciados, de gigantes y cabezudos, ¿por qué demonios no compareció alguien a finales de la semana pasada para responder con pausa, preguntas y claridad a todas las dudas que el adiós forzado de Ryanair generó? ¿Porque venía Letizia? No se entiende.

Ahora bien, cabe señalar que los referentes comunicativos del PP son pésimos, en tanto en cuanto que la peor crisis de estabilidad gubernativa que ha tenido Rajoy en todo su mandato (Rockefeler Bárcenas) se resuelve con la delirante comparecencia mediante televisión, sin preguntas y sin vergüenza. Apaga (la tele de Rajoy) y vámonos (con Air Nostrum).