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El Ayuntamiento de Ciutadella vuelve a plantear la misma idea que su alcalde ya anunció en abril del año pasado, que el edificio histórico de Can Saura se ceda al Ministerio de Justicia para centralizar todos los juzgados del municipio. La propuesta está en estado embrionario pero puede ser una salida a una carga patrimonial que pesa en exceso sobre una administración con muy pocos recursos. Las caras ilusiones de convertir Can Saura en un museo se han desvanecido por causa de la imprescindible austeridad. Mirar atrás desalienta, pero permite tener la perspectiva de cómo una mala gestión pública hipoteca el futuro. Hace doce años, el edificio barroco fue adquirido por el Ayuntamiento por 1,5 millones de euros. Después el Govern se gastó en rehabilitación otros 2,8 millones, a los que hay que añadir un exceso de obra con un coste de más de 300.000 euros. Hoy es un edificio sin uso y sin mantenimiento, que se está deteriorando. Siendo propietario de Can Saura, el Ayuntamiento decidió la compra de otro gran edificio el Saura Morell, una de las acciones que forman parte del caso Nerer. Ahora, el equipo de gobierno de Ciutadella busca alternativas realistas, que pasan por desprenderse Can Saura. Un final muy triste.