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La anulación de la adjudicación a Trapsayates de los amarres del Moll de Llevant del puerto de Maó, según sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Balears, supone un serio varapalo para Autoridad Portuaria. El hecho de que el TSJB considere que la decisión tomada en 2008 por la Comisión Técnica no fue suficientemente razonada, además de calificarla de arbritaria, da en parte la razón al Club Marítimo, que, juntamente con la Asociación de Clubes Náuticos de las Islas, presentó un recurso. Sin embargo, la resolución llega demasiado tarde y no repara el daño que haya podido suponer para los intereses económicos de la entidad sociodeportiva si ésta hubiera obtenido la concesión. A pesar de ello, la sentencia no implica que la gestión pase ahora al Marítimo. El Tribunal da la oportunidad a que el ente gestor justifique nuevamente la elección y además cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Finalmente, si Autoridad Portuaria pierde la batalla en los juzgados se abriría la posibilidad de la convocatoria de un nuevo concurso.

Independientemente de cómo termine este caso, Autoridad Portuaria y el Club Marítimo deberían retomar la vía de colaboración por el bien del puerto de Maó y los aficionados a la náutica.