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Ala espera de la aprobación de una nueva Ley de Financiación de los Consells insulares, la primera institución menorquina sigue sin recibir de Palma el trato que merece. Es positivo que se haya alcanzado un acuerdo para que el Govern pague los 35 millones que debe al Consell en un plazo de dos años. Sin embargo, le cuesta reconocer que nuestro Consell es un organismo propio de la estructura autonómica y que, al margen de la transferencia de competencias, le corresponde jugar un papel más protagonista. El Govern debe un total de 290 millones de euros a los consells. Casi todo corresponde al Consell de Mallorca. El presidente Bauzá intentó analizar con cada consell la gestión de las competencias para reducir costes. Los resultados han sido casi nulos. Es una lástima porque convenía cuestionar la duplicidad de servicios entre el Govern y el Consell de Mallorca. El objetivo es servir mejor y a menor coste a los ciudadanos y no mantener estructuras de poder que hoy son un auténtico lujo. En cambio los consells de las islas menores son imprescindibles para una gestión próxima y propia. La nueva Ley de Régimen Local es un paso, pero hace falta analizar y tomar medidas para corregir una estructura autonómica desproporcionada en Mallorca y desaprovechada en Menorca.