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El caso del vídeo de contenido sexual grabado y protagonizado por menores ha tenido un gran impacto en la zona de Llevant. El suceso es preocupante, pero también lo es la velocidad con la que se ha propagado entre estudiantes y personas adultas, de una forma irresponsable y, posiblemente delictiva. La Fiscalía y la Policía realizarán su trabajo para determinar las responsabilidades, y los servicios de Familia actuarán para atender las necesidades educativas especiales que puedan precisar los menores implicados directamente.

Tras el suceso se descubren las carencias educativas de nuestra sociedad y la importancia de insistir en trabajar los valores y las actitudes en un trayecto desde la infancia a la madurez. Ayer hubo respuestas positivas en ámbitos muy distintos. Es de destacar el educativo, en que se aprovechó el interés despertado por el caso para reflexionar con los alumnos sobre las reacciones que ha provocado. También es evidente que la nueva legislación que prepara el Gobierno para proteger a la infancia es conveniente. La tarea de mejorar la educación es compartida y a menudo se crean oportunidades de ejercer de educadores y no solo de espectadores.