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Estos días, los centros escolares de Menorca, desde las escuelas infantiles a los institutos de Secundaria, se vuelcan para presentar sus ofertas formativas y conseguir mejorar la matrícula. Hoy sobran plazas en varios segmentos, especialmente en escuelas infantiles y también en centros de Primaria y Secundaria. La oferta de formación es amplia y quizás despierta más interés que en épocas pasadas, en que no podía competir con la tentación del puesto de trabajo poco cualificado, la principal causa del abandono de los estudios. Ahora se ha reducido la baja de alumnos, por causa de la crisis. Es cierto que cuando el mercado laboral está congelado conseguir respuestas a la buena formación es una misión difícil. Sin embargo, el fruto de la buena preparación se recogerá cuando la economía vuelva a estar en fase de crecimiento. De hecho, uno de los motores del desarrollo es la formación, la capacitación profesional para mejorar la innovación y la productividad. En esa tarea, los centros y los profesionales pedagógicos juegan un papel esencial y precisan contar con el apoyo de la Administración, la complicidad de las familias y la buena actitud de los alumnos con la ilusión de que se ganan el futuro.