TW
0

Si usted es de los que navegan utilizando móviles de ultima generación, se habrá dado cuenta de la invasión de pegatinas con las que puede llegar a contar para comunicarse con los demás. De aquellas insulsas e inertes caras que con sus gestos querían decirnos algo muchas veces poco acertado, hemos pasado a la fiebre de las pegatinas, imágenes más grandes y ocurrentes que los famosos "emoticonos". Ya no hay foto o mensaje que se lance que no vaya acompañado de alguna cara con expresión sentimental. Pero no nos engañemos porque en estos casos, la imagen no vale más que mil palabras como vulgarmente se dice, sino que lo que hace es suplir en poco o en mucho nuestra falta de imaginación, la capacidad de expresarnos con más detalles, exponernos más como nos gusta que nos vean que como somos en realidad. Estoy seguro que si preguntásemos a más de uno que nos explicara en medio folio, que es lo que nos quería transmitir bajo la imagen de una cara avergonzada, una carcajada o un vil garrotazo, se quedaría casi mudo. Pero claro, para ello tendríamos que preguntarlo o preguntárnoslo a nosotros mismos antes de darle a la tecla y eso no lo sabemos muy bien del todo, porque nadie nos ha enseñado ni hemos tenido mucho interés en aprender como somos o como desearíamos que los demás nos vieran.