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En los últimos tiempos se va extendiendo la sensación de que el bipartidismo que ha imperado en España se está fragmentando ante el desencanto ciudadano. Las encuestas sociológicas no hacen más que refrendar esta realidad, que se ha ido agudizando al tiempo que la crisis se hacía cada vez más profunda. PP y PSOE son conscientes de que la sociedad está esperando otra cosa de los partidos, pero parece que no acaban de encontrar con la tecla que vuelva a generar la suficiente confianza entre los votantes. Además, los casos de mala praxis política no han hecho más que empeorar las cosas. Si nos centramos en Balears, el sábado se daba a conocer un estudio en el que se indicaba que las Islas registraron entre los años 2000 y 2010 un total de 24 casos de corrupción y que el 35,8 por ciento de los municipios del Archipiélago se vieron afectados, lo que representa el tercer mayor porcentaje en términos relativos del país. Mucho han de cambiar las cosas si se quiere revertir esta situación. Ahora, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba han escenificado un pacto ante Europa para defender "los intereses de España". Al parecer, se quiere llegar a más acuerdos para "unir fuerzas". Hace falta que esta voluntad de consenso, tantas veces demandada, fructifique. De lo contrario, la decepción seguirá aumentando.