TW
0

La hostelería es un oficio complejo, más aún en islas como Menorca, que sufren, cada día más, una fuerte estacionalidad.

Aunque en ocasiones pueda parecer lo contrario, tanto al empresario, como al trabajador, les interesa tener trabajo todo el año, pero por el momento, y debido a diferentes causas, seguimos deseando durante el año que llegue el mes de agosto.

Agosto es un mes muy duro para los que nos dedicamos a esto, piensen que es como celebrar 25 nocheviejas consecutivas y no disfrutar de ninguna…eso pesa, en tus piernas, tu cabeza y en tu humor. Por lo que uno tiene que tomárselo como una carrera de fondo, como una ascensión al Alpe d'Huez.

Marcarse una disciplina es fundamental y más si con el paso del tiempo tu cuerpo no se recupera tan fácilmente de una noche de fiesta.

Pero unido a esos momentos de tensiones, esfuerzos, nervios, calor y discusiones, también se sirven grandes platos, soberbias calderetas, arroces, asados, refrescantes ensaladas, dulces postres, muchas botellas de vino, cervezas, excelentes cocktails y combinados. Muchos clientes satisfechos y otros, por desgracia, no tanto.

Y es que en agosto se forma un tejido productivo vital para la Isla, donde todos los que nos dedicamos a esto tenemos que poner de nuestra parte para que funcione, consiguiendo que los clientes que visitan Menorca, repitan y hablen con sus amigos, que les digan que la Isla es la mejor opción para disfrutar de sus vacaciones, es vital para garantizar nuestro futuro.

Para ello, contamos entre otros muchos encantos, con unos productos que seducen al mejor de los paladares: mieles insuperables, carnes ecológicas, pescados únicos, tomates que saben a tomate y muchos sitios donde nos lo elaboran con buena mano y nos lo sirven con amabilidad en un buen ambiente.

Gracias a todos los que se esfuerzan por hacer las cosas bien y ofrecer una hostelería de calidad, y al que no se esfuerza que tenga en cuenta que le esperará un mejor futuro si lo hace.

Definitivamente mi relación con este mes es de completo amor-odio. ¡Maldito agosto por fin te has ido y ya te hecho de menos!