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El presidente José Ramón Bauzá ha anunciado que el Govern desiste de aplicar los impuestos verdes. Su entrada en vigor se demoró para no perjudicar la temporada turística y ahora se anuncia su retirada definitiva. Es un síntoma positivo sobre las cuentas de la Administración autonómica. En su momento, los impuestos se presentaron como necesarios para alcanzar el objetivo de déficit. Ahora la situación parece distinta y las políticas de austeridad, menos urgentes. La decisión es acertada. La aplicación de los impuestos sobre determinadas actividades económicas era un lastre para la recuperación de la economía balear y un trato diferencial respecto de otras autonomías, por tanto una pérdida de competitividad. De todas formas, el Govern debe valorar los efectos negativos que genera solo el anuncio de la aplicación de nuevos impuestos. El sector de los 'rent a car' es un ejemplo de ello. La crítica a los nuevos impuestos fue general entre todos los sectores empresariales. El Govern debía haber analizado mejor esta cuestión y anticipar la medida que ahora ha tomado. Algunos sectores, mientras celebran la retirada temen que se planteen otras propuestas similares, cuando ahora hay que apostar por el crecimiento.