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La Reserva Marina del norte de Menorca, creada en junio de 1999, ha sido una herramienta muy útil para regenerar la fauna y los recursos pesqueros. Como se ha comprobado en varias ocasiones, se ha convertido en un espacio tentador para quienes se dedican a la pesca. En Fornells lamentan la presencia constante de barcas procedentes de Mallorca que bordean la zona reservada de una forma intensiva para capturar los ejemplares que abandonan los límites de la protección. Los inspectores han realizado su trabajo y estas embarcaciones profesionales no han incurrido en infracción alguna. Sin embargo, la preocupación de profesionales menorquines de la pesca está justificada porque una Reserva Marina no puede servir para el objetivo contrario al que motivó su creación: la recuperación de las especies y evitar la explotación excesiva de los recursos.
Desde este punto de vista, está justificado que el Consell analice fórmulas para garantizar la calidad de la pesca en la zona. De alguna manera, es interesante controlar la actividad, el ritmo de las capturas y las áreas donde pueden llevarse a cabo. Hay que conseguir preservar los buenos resultados y afianzar un modelo sostenible.