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El pasado día 15, Javier Cercas escribía en «El País Semanal» el artículo «Democracia y derecho a decidir», un artículo, para mi definitivo, sobre el soufflé que está intentando montar el funambulesco Arturo Mas y sus mariachis republicanos, publicado precisamente el mismo día y en el mismo periódico donde Elvira Lindo se quejaba de la cobarde falta de toma de posición de los intelectuales frente a ese soufflé ontológico- catalanista. Pero, aleluya, ya el sábado día 21, en el suplemento «Cataluña», Margarita Riviére preguntaba: «A dónde nos llevan los independistas ; ¿qué garantías democráticas ofrece?, ¿ cómo se cumplirán?» .Y añadía: «La independencia de Cataluña es por ahora un agujero negro, un paisaje por explorar: un todo incógnitas del que solo nos sugieren que es la tierra prometida. ¿ Itaca? Un déjà vu histórico" . ¿Itaca?. Pedro J., ahora mi vecino de página, se ocupará de ello...Él es culé.

El domingo 22, aparece en la «Cuarta Página», Mario Vargas Llosa repite titular de Cercas, quien finalizaba así su brillante intervención : «El derecho a decidir no es más que una argucia conceptual, un engaño urdido por una minoría para imponer su voluntad a la mayoría». Vargas Llosa, después de calificar el soufflé de «maraña de tonterías , lugares comunes y fragrantes mentidas», se quejaba también. Este mi rollo iba a titularse : «¡Hay que ir a unas elecciones autonómicas, cobardes!», pero Cercas se me había adelantado. Espasmos tribales no, please; uno se siente cosmopolita.