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Lo que no logró ni el PSM durante largos años de ejercicio político en el Ajuntament de Ciutadella lo empezará a aplicar ahora un gobierno del PP, el que tradicionalmente pasaba por ser, a ojos de la izquierda, el auténtico valedor de los intereses de los empresarios sobre el derecho de los peatones a pasear, sin obstáculo comercial alguno, por las calles del centro. La Plaça Nova y Es Born, como le pasó antaño a la de la Catedral, dejarán de ser el bazar que fueron. Y los sufridos comerciantes, golpeados por la crisis, tan sólo podrán sacar ya un metro cuadrado de su género para atraer a potenciales clientes. Incluido el negocio de una exconcejal en la mente de todos -y sus vecinos- cuya carpa invade, de lado a lado, una de las aceras de Es Born. Hasta las terrazas padecerán serias restricciones de espacio, como las ha habido ya de horario en su actividad. Un gobierno del PP pone orden donde otros no se atrevieron y reivindica el derecho de los vecinos como lo haría la izquierda más recalcitrante. A partir de ahora y en pos del consenso, toda mercancía queda reducida a un metro cuadrado.

La misma distancia que guardó el otro día el presidente del Consell frente a los manifestantes 'antirotonda' que se le plantaron para atormentar conciencias en la celebración del 20 aniversario de la Reserva. Lejos de amilanarse, Tadeo, que en sus primeros meses había recurrido a la táctica del avestruz y del silencio ante cualquier polémica, optó por el diálogo. Y habló a sus antagonistas, a un metro de distancia.Como lo acostumbran a hacer el incendiario de Antoni Camps y los alcaldes de Ciutadella o Es Castell, aunque puedan contravenir a su propio partido. Como debería haberlo hecho la consellera Camps en el debate del TIL al que fue invitada y del que se ausentó. Defender tus ideas sin miedo siempre es mejor que imitar al avestruz. Que para eso está el metro cuadrado de distancia. Aunque anoche al PSM no le bastara. ¡Ay! Si hasta Joana Triay habría levantado la mano...