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Nuestro país es un ejemplo de cómo una grave crisis económica afecta no sólo a la economía, sino a temas que, no estando relacionados directamente, ven agudizadas las tensiones por un claro problema económico. Negar a estas horas que el problema territorial en Cataluña es principalmente de dinero, es negarse a las evidencias, ya que los principales responsables políticos catalanes así lo han definido y explicado sin ningún ápice de duda.

Dentro de la actual crisis de desafección política actual nos encontramos a una oposición perdida, inestable y que no encuentra la salida a un laberinto donde ha entrado a sabiendas. Llevamos muchos meses escuchando que España necesita un PSOE fuerte y centrado, que sea capaz de cerrar filas en asuntos de Estado, superar el fracaso de la era Zapatero y ofrecer alternativas. No lo dice un servidor, lo dicen pesos pesados del partido, como Carme Chacón, Alfonso Guerra, José María Barreda, José Bono y un largo etcétera.

En los últimos tiempos han sucedido muchos episodios esperpénticos con el PSOE de protagonista.

El más reciente: UPyD lleva una moción en el Congreso sobre el derecho a decidir de Cataluña, la propuesta es puramente una defensa de la Constitución y coge en fuera de juego al PSOE, que en primer momento decide abstenerse, pero viendo el desastre que se avecina y las presiones internas decide votar sí, con la abstención del PSC (segunda vez este año). Este caso es el puro reflejo de la actual situación surrealista y caótica de un PSOE que ha estado gobernando durante 22 de los 35 años de democracia en España... da que pensar. No extraña, que los pesos pesados del partido huyan a Bruselas y a Estados Unidos, y los que se quedan aquí, piensen que el PSC es otro partido, más cercano a posiciones nacionalistas que a las del propio PSOE.

Para acabar con el tema del PSC y Cataluña, me quedo con las palabras de Susana Díaz, presidenta de Andalucía, culpando al expresidente Zapatero de la actual situación, «creo que no fue un acierto afirmar que se aceptaría cualquier texto del Estatut que viniese de Catalunya». Por fin un poco de sensatez, ¿Acaso alguien duda que ese fue el punto de partida de las actuales tensiones? Parece ser que ni dentro del propio partido socialista lo dudan.

Más episodios: manifestación AVT, Doctrina Parot y Inés del Río. La ausencia del PSOE en la manifestación de las víctimas del terrorismo solo es una muestra más de la postura de este partido frente a ETA. Puedo entender y respetar esta decisión, pero asusta que en la localidad de Tafalla (pueblo natal de la terrorista Inés del Río), los concejales socialistas opten por ausentarse del pleno para no condenar el currículum de asesinatos de la terrorista, después de condenar «todas las formas de violencia». Palabras calcadas a las de Bildu.

El PSOE intenta vender que su postura es debido a que no quieren generar más tensión, ni con el terrorismo de ETA en el País Vasco, ni en materia territorial con Cataluña, por lo que adopta posturas más propias de partidos nacionalistas. Una excusa que cae por su propio peso cuando hablan de otros temas, poniendo en duda la labor de jueces y tribunales cuando ellos mismos han sido participes de esos nombramientos. Y más grave aún, si la intención es no generar tensión, ¿por qué pocos días después de la sentencia de la Doctrina Parot piden la exhumación de Franco? Señores, el PSOE ha gobernado durante 22 años en España, primero con Felipe González y luego con José Luis Rodríguez Zapatero, sin exhumar a Franco. ¿Cuál era su intención, cerrar o abrir heridas? ¿Generar o no generar tensión? El laberinto cada día es más grande.

Vicesecretario de Organización del PP-Menorca.
Twitter: @CristobalMP