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Unos 2.300 ciudadanos de Baleares han incumplido los requisitos necesarios para cobrar la prestación por desempleo y la han perdido. La cifra que ha dado a conocer el Servicio Público de Empleo Estatal es un porcentaje ínfimo si se tiene en cuenta el número total de parados de las Islas, casi 82.500 al cierre de la última temporada, 6.868 en Menorca.

Por lo tanto, la inmensa mayoría de las personas merecedoras de la prestación o de subsidios lo hace bien, actúa correctamente y percibe lo que le corresponde por derecho. Ya bastante dura es la situación de aquellos que pierden su empleo como para sembrar dudas.

Del mismo modo, también los trabajadores que se ocupan de asesorar, tramitar e informar a los ciudadanos que acuden al antiguo INEM están cumpliendo con su cometido. Sin embargo, en el balance realizado por la Dirección provincial del Servicio de Empleo llama la atención que, de ese volumen de perceptores en los que se han detectado las irregularidades, un 80 por ciento corresponda a aquellos que han salido al extranjero sin comunicarlo. La pregunta que queda en el aire es ¿por descuido o picaresca?

No hace tantos años -poco antes de que la impopular Dama de Hierro cogiera las tijeras-, una conocida se vanagloriaba de la puntualidad con la que cobraba el desempleo británico mientras residía en España. Ahora algunos dejan nuestro país por periodos de más de quince días y se olvidan de interesarse en su oficina por su situación. Cuando menos resulta raro.

Es evidente que la Administración debe extremar la eficacia en la resolución y pago de prestaciones a las personas que lo necesitan, pero también el celo y el control sobre los posibles defraudadores, particulares y empresas. Porque al final lo pagamos todos.