Uno más uno no son dos

Los consorcios son casi lo mismo. La estadística dice que funcionan porque el dinero está, aunque tu ya no tengas para llegar a fin de mes y debas servirte de tu vecino para sostenerlo. Pero no piensas que tu casa es más grande ni te has parado nunca a imaginar si en su nevera hay algo más que una lata de atún semiabierta y dos azucarados a punto de caducar. Solo ves que en la tuya ya no entra el serrano, ni quedan solomillos en el congelador. Así que llega la noche, te viene el hambre y le pides que invite a cenar pero que él ponga la pizza, porque la media estadística de una y ninguna es que ambos tenéis media en el plato.

Pues el Consell ha mirado solo su despensa y ha pedido a los ayuntamientos que se la llenen sin interesarse siquiera en cómo tienen la suya. Es cierto, este bocado de Cesgarden no hay quién se lo coma, pero ellos tienen platos igual de indigestos (S'Hort den Llinyà, Santa Rita, Llucalari o Son Ganxo) y no se les ha ocurrido pedir al Consell que les ayude. Y más tras ver como el alcalde de Es Mercadal solicitaba el amparo económico del Govern para pagar la indemnización al joven tetrapléjico de Fornells y el PP se lo quitaba de encima como si de un vecino gorrón se tratara.

Resulta curioso que el 'aprovechado' sea ahora el mismo que, con el pretexto de Cesgarden, intenta reducir su aportación en detrimento de los vecinos municipales. Quizás no contaba con que el PP de Ciutadella no 'tragaría' con semejante argumento ni le tosería en público, como si el Consell nunca hubiera sido su vecino. Pero ¿cómo va a darle jamón si ya solo le queda media lata de atún? Por suerte, los vecinos del Consell sí han entendido a Shaw. Más que el apego irracional a las siglas, es tiempo de seny. Como decía el escritor irlandés, «la libertad política es solo esto, responsabilidad».