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Uno de los veleros que, bajo bandera británica, participó en la pasada regata de Barcos de Época que recaló en el puerto de Mahón a finales del pasado agosto, era el «Eva». Uno de sus tripulantes era Pete Townshend, el famoso guitarrista británico, líder de The Who.

Cuando supe que Townshend estaba en Mahón me apresuré a bajar al puerto. Me aseguraron que su balandro, tradicional y humilde, estaba amarrado en el espigón principal del Club Marítimo de Mahón. Lamentablemente llegué tarde, ya había zarpado unas horas antes. El famoso músico conoce bien nuestra Isla ya que su padre vivió aquí durante años y él, como cualquier buen hijo, venía a visitarle periódicamente. En estos viajes aprovechaba para practicar su afición por el mar navegando por la costa menorquina. La conoce bien según su propia afirmación publicada en una entrevista.

Townshend es uno de los diez guitarristas tasados que más han influido en la forma de tocar la guitarra eléctrica, y se le considera también como uno de los pioneros del sonido punk. De hecho es el autor de una de las dos canciones que cambiaron la música rock a mediados de los sesenta. Una fue el riff de The Kinks de «You really got me» y la otra la canción de The Who «My generation». Ambas composiciones alejadas de las melodías de los Beatles y no supeditadas expresamente al estilo blues de los Rolling Stones, se salían de los cánones de acompañamiento al uso y enseñaban el camino hacia el lado salvaje del rock. Con el tiempo Townshend también fue uno de los pioneros de las óperas rock con su obra «Tommy». Uno de sus mejores discos fue el «Live at Leeds» (que me sigue emocionando en estos momentos mientras escribo) donde mostraban su poderío musical en vivo y en directo.

Pero «My generation» fue su canción emblemática, la que encumbró a The Who a nivel mundial y les convirtió en imprescindible grupo de referencia. El cantante del grupo, Roger Daltrey, tartamudeaba ligeramente (como yo mismo, una virtud especial que no todos poseen). Cuando el grupo grabó esa canción se trabó en varias estrofas y decidieron dejar grabadas esas repeticiones de sílabas que se iban a convertir en referencias de la música rock.

Otras veces he escrito que el rock une al mundo. Me permito confirmarlo ahora que estamos en época navideña. Escuchar en cualquier país las mismas canciones, ver como consiguen las mismas emociones que igualan a la gente es reconfortante en un mundo de desuniones y enfrentamientos. Frente a dogmatismos aldeanos surge una música universal que pega a la gente. Una música que enlaza las emociones y sentimientos de un chico de Wyoming con uno de Alayor, de uno de Bournemouth con uno de Mahón, etc. El rock representa la universalidad frente a la cutrez localista. Frente a los intentos por compartimentar la cultura en pequeños espacios de separación, el rock es uno de los principales vínculos de unión del mundo.

2 notas
1- Por cierto, Los Rolling Stones vuelven a estar de gira. Never the last time. Esta vez, y ya cumplidos los setenta, por New Zealand, Australia, etc. Multimillonarios siguen girando por puro gusto y dando gusto. Miles y miles de entradas, todas, vendidas en menos de cinco minutos.

2- Bon Nadal a tothom.