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Cuando el 2013 ya es contenido de anuarios y estadísticas, todas las miradas convergen hacia el 2014, que el Gobierno Rajoy se esfuerza en presentar como el año de la recuperación y la reactivación. El ciclo recesivo -iniciado durante el segundo semestre del 2007- ha disparado el paro, ha hundido los indicadores de confianza, consumo e inversión; y ha propiciado toda clase de ajustes y recortes, así como un aumento de la presión fiscal y el crédito que han cortado los bancos.

A pesar de la reiteración de los anuncios de bonanza, persiste la incredulidad y la indiferencia entre la mayoría de la población.

Mejoran los datos macroeconómicos, pero los menorquines -las economías domésticas y las pymes de la Isla- constatan como la estacionalidad condiciona todo el escenario social. El turismo genera actividad y empleo durante la temporada turística, pero arrancamos el año con 7.000 inscritas en las listas del desempleo.

Menorca debe reinventarse. No es el momento de lamentos, sino de iniciativas y de proyectos creados por menorquines capaces de generar economía productiva más allá del simplista 'sol y playa'.

Nos falta innovación y comunicación para crear y comercializar nuevos productos. Es el momento de los emprendedores.