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Esto lo oigo muy a menudo, tanto en catalán como en castellano, el verbo quedar, sin terminar de completar la frase. "Bueno, Julia, un beso; tenemos que quedar" Y Julia dice: "Sí, sí; ya quedaremos" Entiendo que quieren decir que ya quedarán para encontrarse un día determinado y a una hora concreta, todo el mundo lo entiende, pero ahí no lo dice. Debe de ser por la tendencia a la economía del lenguaje, que en el caso del lenguaje de los móviles llega a límites insospechados. El caso es que Julia y su amiga podrían quedar bien con el auditorio y completar la frase, podrían quedar patidifusas a la vista de un modelito extraordinario, podrían quedar con dos palmos de narices al no encontrar la cartera, podrían quedar de piedra de la sorpresa de encontrarse con su marido barriendo la casa, podrían quedar felices de haber acertado por fin la lotería, podrían quedar –que es lo más probable— para ir al cine y comerse un helado de fresa. ¿Tanto cuesta decir ya quedaremos citadas para ir a dar un garbeo por ahí? O simplemente lo que decía Durán Lleida a Mariano Rajoy: "Ponga día y hora, señor presidente" Un poco elástico también, porque imagínense que le contestan día 30 de febrero a las 25 horas, que debe de ser cuando el señor presidente tiene ganas de hablar de la independencia de Catalunya. Artur Mas también se lo dijo a la señora Camacho, y la señora Camacho le lanzó una de esas miradas que dicen que matan y todo. Los catalanes, según me hace notar Josep Pons Fraga, son tan ahorradores que ni siquiera se despliegan para no estropearse. "Quedarem per sopar plegats", dicen. ¿Se imaginan lo incómodo que debe ser eso, cenar plegados? En tiempos existía aquella canción que nunca me gustó, "Bailar pegados", de Sergio Dalma; pero reconozco que bailar plegados sería mucho peor.

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En fin, lo del lenguaje da para mucho comentario. Oigo también a menudo lo del montón. Este vestido me gusta un montón. ¿Un montón de qué, de dinero, de flores, de mierda? Los italianos dicen me gusta un sacco –mi piace un sacco—pero no es lo mismo el español que el italiano, ni tampoco es lo mismo, como hizo notar Camilo José Cela, estar dormido que estar durmiendo… Otra cosa que suelo oír por ahí: "Me ha sentado como una patada en los mismísimos" Sé que había un conjunto que se llamaba Los Mismos, unos que cantaban El Puente y no sabían lo que hacer para cruzar el charco desde Valencia hasta Mallorca, pero ¿quiénes son los mismísimos? Se trata sin duda de la palabra tabú.