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Siempre me trataron bien pero es que ahora el trato es inmejorable. Menorca está cambiando su trato profesional, da gusto ir a comprar a muchos establecimientos, de alimentación, bricolaje, moda, jardinería, ... que el trato es buenísimo. Además de una atención profesional, el empleado escucha tu problema e intenta darte solución, alternativas. Ya no se queda mirándote como diciéndo «ese es tú problema, apáñatelas», ya no te deja con el interrogante. De un tiempo aquí he visto unas mejoras tan agradables para el cliente, que ¡no dan ganas de irte a la Península!

Y es que Artiem no está solo, ya va habiendo ciertos comercios de la Isla en los que se nota que el empleado está por y para el cliente. Quizá no tenga las mismas técnicas, ni estén tan avanzados como este grupo hotelero en gestión de personal pero se puede decir que la Isla está cambiando y, lo está haciendo más que bien. Poco a poco se están haciendo cosas con gusto, que animan a salir de casa, como cafés, hoteles, vinos, .. y perderte unas horas en estos establecimientos. La sociedad menorquina, el empresario, está respondiendo muy bien.

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Ahora falta que los representantes a quien hemos votado gestionen (creo que a los políticos, tan desprestigiados hoy, es bueno llamarles gestores, administradores, porque ese es el trabajo que les hemos encomendado) en condiciones la Isla, empezando por el transporte aéreo. Pues si la ciudadanía menorquina está haciendo un esfuerzo, es necesario que el gestor trabaje para favorecerles a ellos, quienes verdaderamente con su sudor están levantando la economía. Artiem es un buen modelo. Es un detalle significativo que cambie la definición de «recursos humanos, RR.HH» por «departamento de personas y bienestar». ¡Cómo cambia la cosa! Además, las palabras van acompañadas de hechos, me consta. Así que un diez a Gabriela Aliaga y Pepe Díaz. Y un diez también a todo aquel profesional que tengo la fortuna de cruzarme a diario y me atiende tan bien. Hasta tienen más educación que el propio cliente. Y, ahí están, estoicos y con categoría para hacer un buen trabajo, y eso es para quietarse el sombrero. Porque he sido testigo de algún cliente impertinente y el empleado lo ha hecho de maravilla. Ya no veo un sentimiento de que ser «servicial» degrada sino todo lo contrario «profesionalidad y categoría».

Y lo que una vez dijo el periodista Iñaki Gabilondo, hará cuatro años lo menos, «Menorca quiere turismo pero sin turistas». Este concepto ya está cambiando, seguro que él también lo ha de percibir ahora.