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A estas horas los docentes y el ejército de camisetas verdes deben estar pagando los excesos gástricos provocado por el atracón de ganchitos, pistachos, pan con Nocilla y Coca Cola que se pegaron ayer noche con el cese de Joana Maria Camps como mandamás de Educación. No les culpo, este hecho supone, sencillamente, un nuevo capítulo, importante eso si, en una guerra larga y de desgaste que como era de esperar ha pasado más factura al Govern que a los profesores. Nunca cayó en gracia esto del Tratamiento Integrado de Lenguas (A.k.a. TIL) por muy futurista que lo pintaran. No por el fondo, que me parece fantástico, sino por las formas que han sido un tanto raras, incluso diría precipitadas.

Los profesores tienen todo el derecho a que les duela hoy la tripa y a tomarse el día libre, se lo merecen. Pero no más. El TIL ha muerto, o parece que está en ello, pero no tiene que caer en el olvido. Los chavales de Balears deben aprender a hablar y a pensar en inglés no solamente enfocándolo en su futuro, sino también en su presente más inmediato. Independientemente de si su futura profesión está ligada al sector del turismo. A mi me avergüenza el titubeo y las dudas que me entran cuando un británico me pregunta una dirección y la gota gorda de sudor frío me hiela la espalda mientras cae cuando lo normal sería que le recitara de carrerilla las indicaciones y, de paso, la receta de la caldereta o de las berenjenas rellenas.

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Los docentes deben aprender bien el inglés para poder enseñar bien en inglés. Es muy poco probable que a uno de nuestros alumnos les pregunten en algún momento de su vida que explique el proceso de la fotosíntesis en inglés pero no le vendrá mal saberlo si quiere, por ejemplo, ampliar sus estudios en el extranjero y volver a casa -¡Ay...! Si el sistema cambia y se frena la fuga de cerebros en este país- para reforzar a los profesionales que buena falta les hace.

Por supuesto, confío en que ninguna persona crea que el cese de JM Camps es una victoria de Educación o que se trata de un espaldarazo al actual sistema que lideran, le pese a quién le pese, los docentes. Es, con permiso de un tal García Márquez, una «Crónica de una muerte anunciada». El sistema educativo está mal, tanto en Balears como en España, y alguien debe poner remedio. Y si los docentes han sido capaces de frenar mínimamente la ejecución de un mal TIL, también tienen que apechugar con remediar los resultados educativos. Es la misma responsabilidad. Si hace falta, yo pago los ganchitos.

dgelabertpetrus@gmail.com