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Queda una semanita para la Nochebuena y apenas unos días para el sorteo de Navidad. No me digan, queridos lectores, que después de escuchar a nuestro presidente diciendo que eso de la crisis es historia, no están ustedes más felices y esperanzados que nunca. Porque, no será usted uno de esos agoreros pesimistas, miembro de algún grupo peligroso y extremista, al estilo de Caritas o Unicef, que se empeñan en contradecir al gobierno con sus datos de desnutrición infantil, desigualdad y todo ese rollo para desmoralizar.

O lo que es aún peor, no será usted de esos proetarras de la PAH, chavistas y castristas empecinados en que las personas tengan un techo bajo el que dormir, como si todos tuviéramos los mismos derechos, que desfachatez. Menos mal que el ministro De Guindos, hombre piadoso donde los haya, ha sacado una ley para tapar la bocaza de los quejicas. A ver si nos enteramos de una vez por todas: el que pasa hambre es porque quiere, este es un país con el colesterol alto, y si ya tal, y se fuerte Luis y fin de la cita.

Pues como estas Navidades van a ser la leche lo mejor es que se vaya a olvidando de reciclar los viejos adornos navideños. Basta ya de estrellas de goma espuma y purpurina a las que les falta una punta. Basta ya de Papas Noeles colgados de los balcones que lo único que hacen es dar ideas a los cacos, uno nunca sabe si sube para dejar regalos, o baja llevándose el televisor. Basta ya de esos árboles de plástico que se parecen a un abeto de verdad lo mismo que Marilo Montero a una periodista. Basta ya de comprar baratijas de saldo y marca blanca en los supermercados como en los países pobres. Porque nosotros somos ricos, muy ricos, lo dice un presi a través de un plasma así que debemos creerle, y si no, hilillos de plastilina.

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Huyamos pues de las ofertas y lancémonos a comprar televisiones de 110 pulgadas con Ultra-Alta Definición que son las más grandes del mundo y solo cuestan unos 150.000 euros, no sea pringao, seguro que cualquier banco le da una tarjetita black y se la financia en cómodos plazos. Relojes que tengan en su interior un fragmento de meteorito lunar que nos costará apenas un millón. Nada de baratijas de mercadillo, un buen collar de jade por unos 20 millocentes será nuestro si sabemos jugar bien nuestras cartas, bendita recuperación ¿verdad?

No todo lo bueno esta fuera de nuestras fronteras, el pan más caro del mundo se cuece en Algatocín, un pueblo de Málaga. Juan Manuel Moreno es el creador de tan exclusivo pan que cuesta unos 117 euros cada bollo de 400gr. Juan elabora su pan con masa madre de maíz no transgénico, con miel deshidratada y le añade polvo de oro comestible, casi nada. El producto iba dirigido a los residentes chinos y rusos de la zona que al parecer gustan de los placeres exclusivos y tienen dinero para aburrir. Pero ahora que todo va viento en popa, que no falte en ningún hogar una hogaza de este pan. Un país que será tan rico como el nuestro se merece que sus ciudadanos caguen oro, ya que su gobierno lleva tanto tiempo haciéndose de oro mientras la caga.

Seguro que los cenizos de siempre están con el rollo de que nuestro presidente se muestra tan optimista porque llegan las elecciones y las encuestas no le van bien, vaya pandilla de desagradecidos. Que me diga alguien cuando nos ha mentido nuestro presidente, pero que lo haga en diferido, no vayamos a fastidiarle la Navidad al pobre, ahora que sale de una crisis en la que él nunca estuvo.

conderechoareplicamenorca@gmail.com