TW

No me negarás, amigo lector, que nos estamos volviendo un pelín vaguetes. Nos contentamos con aquello que tenemos al alcance de la mano y nos olvidamos de que nuestro potencial es ilimitado. Sucede que nos hemos acomodado hasta el punto de que la curiosidad anda bostezando aburrida por los rincones de nuestro instinto como alma en pena.

Nos hemos idiotizado. El hecho de tener un portal al infinito en nuestra palma –un smartphone- hace, por ejemplo, que cada vez perdamos con más asiduidad la capacidad de razonar y argumentar. Antes, en mitad de una conversación, el tono de las palabras se iban incrementando hasta rozar el grito cuando cada uno de los participantes estaba convencido de que tenía razón. Ahora, con una búsqueda fácil en Google, ya sabemos quién tiene razón.

No solamente pasa alrededor de la cerveza, sino que en otros escenarios actuamos de forma similar. Por ejemplo, somos capaces de tirarnos más de diez horas de viaje en un autobús cruzándote un país y medio y preferimos enfrascarnos en lo que dice fulanito o menganito en su red social en lugar de conocer al que tenemos al lado, sin saber que a lo mejor es mucho más interesante que la última tontería que ha soltado Belén Esteban o el último peinado de David Beckham.

Noticias relacionadas

Conseguimos, de este modo, que poco a poco se vaya cerrando y haciendo más pequeña y estrecha esa burbuja que nos envuelve. Nos cerramos al mundo cuando el planeta nos ofrece un sinfín de posibilidades y encima, casi con alevosía, nos escudamos en aquello de «no tengo tiempo», sin saber que el tiempo no se tiene, se disfruta, se invierte, se aprovecha.

Y ahora te soltaría un discurso motivacional de lo que tienes que hacer para aprovechar el tiempo y vivir al máximo, pero tengo que dejarte porque el tío del asiento de al lado se ha puesto a leer lo que escribo y no vaya a ser que me dé conversación.

No tengo tiempo de atender lo que me pueda decir porque tengo 17 mensajes sin contestar y todavía no sé como se llama la nueva novia de Paquirrín. Si eso luego te termino el artículo.