Dicen los que saben del tema que la temperatura ideal para dormir y descansar bien se sitúa entre los 15 y los 22 grados, aunque todo depende del umbral de temperatura de cada uno. Eso lo saben bien las parejas en las que uno se tapa con el edredón y el otro se tiene que enchufar el ventilador, o donde a uno le arden las manos como estufas y el otro tiene los pies fríos como cubitos de hielo. El caso es que en los meses de verano, cuando aprietan las temperaturas, se hace muy difícil abrazar a Morfeo, cualquier abrazo te hace sudar, y es casi imposible tener un descanso relajado y reponedor.
Ante la última ola de calor sufrida, las autoridades locales, nacionales y planetarias, han decidido poner drones sobrevolando la Tierra para vigilar el sueño de los ciudadanos. Bueno, de los ciudadanos del llamado primer mundo, al del resto que les vayan dando con sus guerras, sus naufragios y sus catástrofes humanitarias.
Aquí, en nuestra Menorca, han mandado uno para vigilar el sueño de los isleños. Como es habitual, nuestro dron llegó con dos días de retraso debido al colapso aéreo. Retrasos en el aeropuerto made in Menorca island. Al artilugio en concreto lo han bautizado como «Sobrasada Sheldon Cooper Go Machine»; al parecer el inventor del artefacto leyó en wikipedia que la sobrasada es uno de nuestros productos más conocidos y además parece que es un gran friki de la serie The Big Bang Theory.
Este diario, desplegando un amplio equipo de investigación formado por dos becarios de la universidad de Massa Chuches y el articulista miope que escribe cada jueves, ha tenido acceso a los datos enviados por el dron a la central de Houston, gracias al primo del redactor adjunto a la sección de fenómenos paranormales que hizo un curso de 20 horas por internet de cómo hackear información.
Lo que a continuación trascribimos es la traducción del inglés, hecha por Google Translator. Pondremos sólo las iníciales de los sujetos investigados para proteger su intimidad, que aunque ahora la Isla esta petada de gente, ya sabemos todos, queridos lectores, que en invierno nos quedamos pocos y nos tenemos que respetar.
J.A.C. tiene pesadillas repetidas en donde ve un debate de televisión entre Carlos Herrera y Federico Jiménez los Santos, moderado por Ana Rosa Quintana. No puede con tanto clasismo.
J.M.S., una ecologista convencida, tiene pesadillas repetidas en las que ve a miles de personas clavando a la vez, y con mucha fuerza, sus sombrillas en la playa de Son Bou, lo que provoca una onda de sonido más potente que las del maldito fracking para buscar petróleo. G.V.P. tiene la pesadilla repetida de que los mallorquines invaden nuestra Isla y nos copian las fiestas y la receta de la pomada. Cuando sueña en Ciutadella pone gin amb llimonada. S.T.D. sufre un extraño sueño donde piensa que hemos vuelto a la época talayótica, pero al mismo tiempo se ha desdoblado la carretera general y hay cuatro carriles para cada sentido.
M.P.V. sueña que la Isla tiene su propio brexit y se va del planeta Tierra a navegar tranquilamente por el espacio. «A fer punyetes», dice balbuceando…
Ha entrado en la redacción un cuerpo de élite americano que me ha detenido por tráfico de información confidencial. Me llevan a Guantánamo, pero me han dejado comprar unos pastissets para sus madres y una botellita de gin para ir pasando el tiempo. Enamorados de la Isla, acceden gustosos a venir una vez al año para comer caldereta de langosta. El alto precio del periodismo libre. Feliz Verano.
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