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No es Marilyn Monroe la tentación, ni es su vecina, son los puestos de la feria que se plantan enfrente de la Casa de la Infancia. Un institución que tenemos que amar y proteger todos. Esos niños y niñas que viven ahí, merecen ser cuidados como los que tiene usted en su casa. Ellos también forman parte del tejido social, ellos también el día de mañana tendrán que tributar, y contribuir a las pensiones de nuestros mayores. Y para eso hay que cuidar su entorno, y más a ellos porque están allí por razones especiales, y circunstancias que no han elegido, sino a veces porque sus progenitores no son responsables de saber que dan al mundo un ser humano. Vuelvo a insistir: hay que ser «el guardián entre el centeno». Son numerosas las voces que hablan de que supuestamente los niños adolescentes salen del centro; que fuman marihuana delante de los más pequeños; que no tienen un referente, que van cambiando de tutores,... entonces cómo es que siguen poniendo la feria delante de sus morros.

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La feria no me gusta, y no va a ser cultura para mis hijos. Pero si paso alguna vez, van conmigo o en familia, les explico lo qué es una feria. Porque a los niños hay que explicarles qué es, y cómo funciona el asunto. Porque es una diversión engañosa. Primero es un lugar para ir en armonía, con una familia y amigos estructurados. Y segundo es para consumir con cabeza. La Casa de la Infancia no debe tener enfrente ni al lado un lugar donde el objetivo es gastar dinero para conseguir un juguete -y si es más grande y más chulo que el del niño o la pareja de al lado mejor-. Además que es insano por la paupérrima alimentación que se vende, todo es frito y dulces, excitantes y adicción en vena para los críos. Y lo que no quiero para los míos no lo quiero para los demás. Lucecitas de colores, música atrayente, puestos de comida, de chucherías, de juguetes,... tarde y noche. Y la hora de dormir es para descansar, para reposar lo aprendido, porque entiendo que La Casa de la Infancia educa valores. La feria les rodea -entre la avenida Josep Anselm Clavé y la calle Albert Camus- para más tentación. Ya llevan tiempo instaurados en esta zona. Pero algún día había que denunciar su ubicación, y éste es el sentido de Supervan Family. Hay que cuidar la familia y la familia somos todos, tus hijos y los de enfrente. Todos los niños tienen deberes pero también tienen sus derechos y hay que velar por ellos, porque son nuestro futuro. Espero que tomen nota seria nuestros dirigentes de lo que pasa fuera y dentro de La Casa de la Infancia.

@sernariadna