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En Favàritx hay alienígenas. No sé si de los que vienen en son de paz o de los que cruzan media galaxia encabronados queriendo destruir las especies con las que se cruzan. Pero sí, hay bichejos de esos que vienen en ovnis y que se camuflan entre nosotros intentándose hacer pasar por personas y personos. Imagino que habrá más lugares del planeta con presencia extraterrestre pero en el tramo de Camí de Cavalls de Favàritx rumbo a Es Grau es donde he encontrado las evidencias más claras.

Desde la carretera hasta Cala Tortuga todos los reflectantes de seguridad que están pegados al correspondiente hito de madera y que sirven para que aquellos que frecuentamos el camino de noche o en horas con poca luz nos guiemos, han explotado. Están destruidos y los restos se encuentran justo al lado.

Lo fácil sería pensar que algún imbécil o imbécila no tenía mejor distracción que ir apedreando las señalizaciones que no son un elemento decorativo ni intrusivo sino que corresponden a la seguridad. Pero quiero pensar que no hay gente tan tonta en la Isla –ni fija ni de paso- así que estoy convencido que la culpa es de los extraterrestres que en sus maniobras nocturnas de aterrizaje y despegue en esa zona, se han visto obligados a cargarse las señales porque les molestaban. Factible, ¿no?

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Hace unos días hablando con Santi Camps, CEO de Mabrian y Social Vane, en la Feria de Turismo de Alaior mostraba datos reales de los que luego «Es Diari» se hizo eco con una noticia sobre el hecho de que «Cami de Cavalls» era de las menciones punteras en redes sociales durante los meses de temporada baja –por no llamarla inexistente-. Le expliqué que somos algunos los locos que trabajamos promocionando el trazado y su potencial por nuestra cuenta como iniciativa privada y animando a que los de fuera nos visiten y conozcan el camino.

Quiero pensar que hemos hecho el trabajo tan bien que los mensajes que hemos enviado han llegado a otras galaxias y han querido conocer el lugar por si solos. Que la experiencia de perderse por Camí de Cavalls ha trascendido más allá de la Vía Láctea hasta los tuiters e instagrams de los alienígenas.

Es mejor que plantearse si en realidad aquí abajo somos tan tontos que nos tiramos piedras –y nunca mejor dicho- al plato del que comemos.

dgelabertpetrus@gmail.com