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20-I-18
Un año de la era Trump, o lo que es lo mismo, la puesta en marcha de la teoría y práctica del Tea Party, la facción ultraconservadora del histórico y respetable partido republicano, que se hizo no solo con las riendas del poder en el partido sino también con el subconsciente de millones de norteamericanos persuadidos de que la culpa de su malestar era de la élites de Washington y demás chupópteros del mundo entero. De ahí al America first solo había un paso, que dio el irascible y zafio magnate neoyorquino con la presunta ayuda de los rusos, consciente de que ya todo es espectáculo y que la mentira sistemática vale tanto o más que la verdad.

Un año terrible de sobresaltos e inquietud mundial extrema a ritmo de tuit pero, ¿se trata realmente de un año menos de Trump o del preludio de una larga etapa? Y yendo más allá: ¿de verdad podemos tener esperanzas de que este período puede servir de vacuna para futuras epidemias populistas? ¿Será suficiente con resaltar su grosería y sus meteduras de pata? Cuidado que ha sido elegido por un electorado con ganas de revancha después de ocho años de mandato de un afroamericano progre, ahí es nada, cuidado que su política exterior tiene su sentido más allá de desmontar todo lo que huela a Obama, su aislacionismo es coherente con las tesis republicanas y con lo que esperan sus bases. Cuidado que la economía norteamericana va como un tiro (ya iba bien con Obama pero no lo van a reconocer)…Cuidadito cuidadito que este homínido puede repetir. Oremus.

21-I-18
Extraordinario domingo de sol y cielo azul pastel, ideal para tomar el aperitivo en Sa Vinya d'es Port escuchándolas canciones de Paolo Scarpa y comer en la vorera de Cales Fonts donde Pedro del Vell Parrander mantiene el estandarte de la buena restauración en un lugar cautivador (demasiado ruidoso en verano), que en invierno se transforma en balneario para adolescentes de la vejez y amantes de la pausa en general.

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Allá, mirando a la bocana, intento pensar en un viejo amigo a quien los periódicos ponen hoy a caer de un burro por el asunto de las denuncias de acoso sexual en Hollywood. Piensa con objetividad aunque te duela, me digo. Sí, pero esto podría tener visos de caza de brujas, me respondo, al fin y al cabo dos jueces distintos le exoneraron de toda culpabilidad cuando surgió el asunto, años ha. Pero piensa en sus antecedentes, insiste mi otro yo, en la mismísima «Manhattan», una de sus películas más emblemáticas en las que seduce a una adolescente. O en su boda con su hija adoptiva. Demasiados indicios… Woody, Woody, demuéstranos que no es cierto y sigue haciendo cine aunque este año hayas pinchado en la vida y en el celuloide. Y por cierto, ¿qué se habrá hecho de la presunción de inocencia?

23-I-18
Y hablando de asuntos jurídicos, ¿qué pensar de los vaivenes del juez en los casos de encarcelados y fugados del proceso catalán?… Discutí en su día con amigos por los encarcelamientos de políticos catalanes con los que no estoy de acuerdo (una fuerte multa económica e inhabilitación hubieran sido suficientes y no habrían generado el martirologio de una desmesurada prisión preventiva). Pero no, me decían, los jueces no tienen que tener en cuenta el contexto político, solo la Ley. Entonces, ¿a qué está jugando ahora el juez del Supremo Pablo Llarena con las órdenes de busca y captura de quita y pon para cortocircuitar los presuntos planes de Puigdemont? Si esto no es politizar la justicia, o peor, utilizar la justicia con fines políticos es que definitivamente hemos perdido la perspectiva.

24-I-18
Reanudo mi programa en la radio de Diana. «El ojo cíclope» (miércoles 13.30 Onda Cero), pretende configurar, sin estrabismos partidistas, un espacio de reflexión y argumentación. Selecciono fragmentos de artículos de los que llamo imperecederos, no necesariamente por magistrales, que también, sino por sobrevolar la refriega diaria, combatir el tuiteo selvático con reflexiones argumentadas y fuera de trinchera. Hoy, por ejemplo, leo referencias a la más que interesante polémica sobre el acoso sexual entre feministas americanas, drásticas rayanas en el puritanismo, y homólogas francesas más condescendientes que matizan un aspecto: La violación es un crimen, afirman, pero la seducción insistente o torpe no es un delito ni la galantería una agresión machista…

25-I-18
La lectura de diversas cartas y artículos en «Es Diari» me deja preocupado. Al parecer, la lengua que solemos hablar los menorquines, esa cuyo nombre real no se puede ni citar si no quieres ser tachado de colonialista o cosas peores, está en peligro de perder sus modalidades y giros característicos. Salgo a la calle y me pongo a auscultarla: ceniceru, robu, llaveru, al fin y al cabu, techu, grifu, sueldu, huecu, abrigu, sustu, entonses, testigu, dichu, metcheru, sin embargu, ahorrus, bocadillu, desde luegu, asulejo, llama s'atenció… Vuelvo a casa mucho más tranquilo.