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Últimamente me vienen amistades o artículos en relación al título de la columna. Puede ser una señal para mi camino, quizás sí. ¿Lector cree en las señales? Quién no tiene estas creencias limitadoras en su cabeza y, hace que no avance en sus proyectos o en relaciones personales hasta que se da cuenta y empieza a desenredar nudos. Lo que le llevará al éxito personal si es que lo hace desde el amor, y la entrega, con dedicación. Llevarse por la intuición, tener buena suerte, tener serendipia (un hallazgo afortunado cuando se está buscando una cosa distinta), lo atraes porque le has dedicado ese amor a conseguirlo. Por ejemplo, recuerdo una pregunta que se le hizo al actor norteamericano Jack Nicholson de la (buena) suerte que había tenido en las películas. Y él respondió, «ya parto de algo que me gusta, ser actor. Y no he tenido (buena) suerte las he elegido a conciencia porque las he sentido así. He estudiado los pros y los contras de la elección. Hay un trabajo detrás».

Leo un artículo que dice que «a mi hijo le cuesta encontrar su verdadera vocación». Sin querer hemos hecho que nuestros hijos a la hora de elegir tengan dudas porque en la infancia no éramos observadores de sus elecciones y sentir lo que más les hacía ilusión. Por ejemplo, si querían pintar les apuntamos a baloncesto para que hagan deporte y así sepan jugar en equipo. Quizás apoyando su arte de pintar se hace diseñador gráfico, o guía de museo, o diseñador de moda. Otras cosas que aportar para no llegar a las creencias limitadoras, es hablar a nuestros hijos en positivo y animándoles. Es tan importante lo que verbalizamos que les puede influir en su carácter. Me gusta siempre insistir en el efecto Pigmalión, hasta qué punto podemos influir en el rendimiento de otros.

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SI LA OBSERVACIÓN y las frases para animarles acompañan a nuestros hijos en su infancia y adolescencia, cuando tengan que elegir qué camino profesional tomar tendrán más puntos a favor. Quizás en mi infancia hubiera deseado -ahora que poseo más información, que treinta años atrás-, que me hubieran observado, apoyado y reforzado en lo que se me daba bien. Y no hubiera dado tantas vueltas. Las señales, la intuición, la serendipia está bien creer en esas cosas, pero siempre hay un trabajo detrás unos ejercicios previos que te hacen tirar por un camino u otro. Es verdad que equivocarse forma parte del camino, pero si se pueden equivocar en otras cosas mejor. La vida es corta y es larga según el trayecto que se escoja. Y solo se vive una vez, que sepamos. Así que hay que exprimir este momento y dar ventaja a nuestros pequeños para que disfruten más de la vida.

@ariadnaserna