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He visto por televisión a un joven haciendo flexiones para intentar rebajar la tasa de alcohol en sangre antes de pasar un control, pero al parecer eso resulta poco efectivo, puesto que dicen que solo se elimina un uno por ciento del alcohol a través del sudor. Lo único efectivo es no beber, aseguran. Pero cuando he sabido que el susodicho muchacho triplicaba la tasa permitida, en el control posterior, se me ha ocurrido pensar que el índice de alcohol permitido debe de estar muy bajo, puesto que ningún borracho con el triple de bebida de lo normal tendría la fuerza necesaria para hacer esas flexiones tan vigorosas sin que los brazos cedieran. Una vez me detuvieron en Francia y me hicieron soplar, y me dijeron que era muy raro, que el indicador no se movía para nada, y yo les dije que no tenía nada de extraño, porque no había bebido nada (je n'ai rien bu). Con eso quiero decir que la medida de «si bebes no conduzcas», que me parece muy adecuada, no me afecta en absoluto, porque llevo muchos años siendo abstemio. Es como lo de «fumar mata» y las fotos espeluznantes que ilustran algunos cartones hoy en día: yo no he fumado en mi vida, ni siquiera cuando en mi juventud fumar hacía hombres y no fumar, pues debía de hacer suponer lo contrario. Lo probé alguna vez con unas cuantas chupadas y dije, lo que hace es tos. Igual que lo del vino, tampoco es ningún mérito en mi caso, porque no me gusta, y cuando hace años bebía solo era para desinhibirme y no ser tan antipático con las chicas.

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Pero sí, el alcohol puede ser un gran problema para quienes les gusta y para quienes, en un momento dado, por decaimiento, por echar una cana al aire, por hallarse de vacaciones «toman» de más y luego tienen una resaca de aúpa o resulta que han intentado volar desde un balcón sin llegar a acertar la piscina. Un problema de muerte para quienes llegan a alcoholizarse, pegan a su mujer y acaban muriendo de cirrosis. Entre nosotros el alcohol está al alcance de todos los bolsillos, como el tabaco, y lo que no lo está es la voluntad de contención. A mí suelen decirme, cuando no acepto vino en la mesa, que el agua hace limacos (s'aigo fa llimacs) y yo me limito a callar o a lo sumo a decir que el vino hace borrachos. Luego me dicen lo de que una copa de vino es saludable. Bueno, no digo lo contrario. Pero no creo que beber agua sea menos saludable. Sobre todo si luego tienes que matarte a hacer flexiones, mientras el guardia te mira displicente a la espera de hacerte soplar.