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6-XII-18
Recuerdo con nostalgia aquellos tiempos de ilusión colectiva. Pobres ingenuos, aún creíamos que todo era posible y queríamos construir entre todos un país distinto del que habíamos conocido, tan oscuro y casposo, y en el que nos las apañábamos para pasarlo lo mejor posible, agarrando las kurdas imprescindibles para vacunarnos de por vida, batallando contra los codos femeninos en los guateques amenizados por Adamo, y Los Brincos, y asistiendo a interminables y exaltadas asambleas de estudiantes de las que salíamos con un inflamado espíritu democrático («Llibertat, amnistía, estatut de autonomía»)…

Aunque hasta las vísperas de aquel legendario 6-D había censura de prensa y las enseñanzas de historia sufrían un apagón al llegar a la revolución francesa, aquí en la Isla se notaba poco que estábamos viviendo en una dictadura sobre todo quienes habíamos nacido en un entorno conservador (aquello era lo normal). Sería al llegar a la universidad cuando nos daríamos cuenta cabal de lo que estaba ocurriendo en España y que el régimen franquista no se andaba con chiquitas: alguna vez nos tocaba correr delante de los grises y algunos compañeros de pensión desaparecían de vez en cuando para volver de la comisaría al cabo de unos días llenos de moratones. El dietarista, sin ir más lejos, de natural apocado y más bien cobardísimo (como Woody Allen, en una guerra solo serviría como rehén), sufrió un interrogatorio en comisaría con luz de flexo dirigida a los ojos, y en otra ocasión tuve que examinarme con un gris con metralleta calada al lado...

Ahora que la Constitución cumple cuarenta años me siento orgulloso de lo que supimos hacer entre todos. Valía la pena.

7-XII-18
Limitado por la convalecencia ocular, la radio sigue siendo, como entonces, mi medio preferido de conexión con el exterior al emerger de las sombras del sueño diario. En las primeras horas de la mañana paso de una emisora a otra escapando de los anuncios y constato las diferencias atmosféricas entre las catalanas y las madrileñas como si provinieran de países distintos (quizás sea así y solo sea posible una fría y tenue conllevancia). Y es que este es el gran tema irresuelto de la Constitución, el del encaje de Cataluña -y también Euskadi- en España, mucho más que el sempiterno dilema monarquía versus república, menos importante mientras se respeten los mínimos democráticos.

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El asunto de Cataluña y sus políticos presos por motivos políticos (expresiva jerigonza escuchada por ahí), es más peliagudo y tarde o temprano tendrá que arbitrarse una salida política que tendrá que ser prevista en una futura y renovada Constitución. Salvo que gobierne Vox u otros restos del franquismo sociológico durante otros cuarenta años…

8-XII-18
Sábado de reposo y fútbol con goteo ocular incesante -los oftalmólogos tenemos nuestro punto sádico, ahora me doy cuenta-, y una constatación: cualquier premio futbolístico en el que no esté Messi en primer plano es una broma. O un montaje de Florentino, vete a saber.

9-XII-18
Y más fútbol, ahora de alto voltaje. El River-Boca del Bernabéu es técnicamente flojo, pero con goles de alto nivel y emoción a raudales, bien encauzada por un dispositivo de seguridad que honra la capacidad organizativa de las autoridades españolas... Y engrandece al fútbol, la religión con más feligreses del planeta, aquella de la que nunca se abjura.

10-XII-18
La T de Trump y la de Torra. Uno empieza a estar cansado de sobresaltos matutinos por parte de estos dos sujetos ungidos por el pueblo. El americano, mentiroso compulsivo, con sus enjuagues con putas plastificadas y rusos mafiosos, sus oscuros negocios privados y sus políticas erráticas y despiadadas. Y qué decir del activista catalán devenido en presidente teledirigido, apoyado en sus comandos callejeros a los que jalea y estimula, enajenado en su loca travesía hacia una Ítaca fantasmagórica (que ahora sitúa en Eslovenia, donde la declaración de independencia propició una guerra). Estoy harto de que estos dos insensatos asilvestrados me arruinen el desayuno día sí y otro también.

12-XII-18
Ya tengo el número de lotería de «Es Diari» y de otros dos o tres lugares habituales, el turrón de yema delTurronero (gracias, Montse por mantenerlo), localizado el verdet del jardín para extraerlo con Inés y montar nuestro belén, una idea de los sucesivos menús (mi cuñada aragonesa y gran cocinera C. ya está a punto de empezar con la lentísima cocción de de los jarretes), un día de estos encargaré las escopinyes... Estoy esperando los dioramas y «Els pastorells» para ir con mi nieta, el sublime boxing day (segona festa en la hoy atribulada Gran Bretaña) repleto de fútbol, me dispongo felicitar a los amigos, recordar a los ausentes. En fin, lo que hacemos habitualmente los conservadores… Salut i bones festes.