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12-I-19 Sábado

Lectura y cine convergen hoy en mi agenda particular hacia un tema recurrente, actualmente en el candelero: el fanatismo, esta vez de cariz religioso. Termino por la mañana el tremendo testimonio de una niña educada en Estados Unidos bajo la disciplina mormona («Una educación» de Tara Westover, Edit. Lumen 2018), un conglomerado de fe berroqueña en un Dios represor, repudio a cualquier intervención pública (la educan en casa con los mismos prejuicios, ay ese derecho de los padres), rechazo de la medicina tradicional, un aterrador mix del que acaba escapando a través de la educación universitaria (a la que accede en contra de los deseos de su tiránico padre y su sumisa madre, curandera de éxito por otro lado).

Por la noche quiere el azar que vea en TV2 la película «Las inocentes», historia verídica de unas pobres monjitas embarazadas tras ser violadas por soldados rusos en un monasterio cerca de Varsovia, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Toda la cochambre de una guerra pasa ante los ojos del espectador, como también la ternura y la solidaridad de una médica agnóstica. Pero lo que me lleva a comentarla es el fanatismo extremo de la madre abadesa que llega al asesinato de un bebé para evitar el escándalo. Sus reflexiones son calcadas a las del padre de Tara Westover porque los fanatismos, como la estupidez, no distinguen entre credos, razas, religiones, ni posiciones sociales.

15-I-19 Miércoles

Mucho brexit en los papeles. Sigo pensando que la única salida es un segundo referéndum porque las circunstancias han cambiado sustancialmente y porque la campaña de los brexiters fue un compendio de mentiras y tergiversaciones. A quienes arguyen que la voluntad popular libremente expresada en las urnas es sagrada les digo que mejor sacralizarla dos veces antes de meter la pata en un asunto tan capital. Lo demás es fundamentalismo democrático, tan estúpido como los demás.

16-I-19 Jueves

Sant Antoni. Doy un beso a mi westtie Allen Bosch (sí, qué pasa, ¿no puedo dar mi apellido a un amigo del alma?) y, aprovechando el tibio sol invernal vamos a celebrarlo a Calesfonts dando cuenta de un magnífico gallo de San Pedro al que espero no hayan torturado más de la cuenta antes de llegar a la mesa y es que estoy considerando seriamente votar al partido animalista dado el personal humano disponible en las demás formaciones.

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Y qué mejor canto a la menorquinidad en un día como el de hoy que la extraordinaria voluntad de supervivencia de Quesería Menorquina que va superando dificultades, a cual más colosal para conservar unos preciosos puestos de trabajo. «El final definitivo del proceso judicial por Quesería Ibérica nos da seguridad para seguir trabajando y apuntalar un proyecto que en 2011 estaba llamado a desaparecer», declara hoy a «Es Diari»el incombustible e irreductible Paco Tutzó. Orgullo menorquín del sano.

21-I-19 Lunes

Creo que hoy es el Blue Monday, el día más deprimente del año. Y no me extraña, hace un día de perros, quizás por ello el viejo pero no decrépito Allen me sigue a todas partes temiendo, como Obélix, que el cielo se desplome sobre su cabeza; siguen llegando recados de la tarjeta de crédito post navideña, el Real Madrid vuelve a ganar, y si echas una mirada al mundo exterior es para echarse a llorar: en nuestro entorno más inmediato nos siguen regateando los dineros desde Madrid, la carretera está empantanada, los vuelos para qué hablar, las autoridades del gobierno central no saben ni contestan sobre el apagonazo, y según las «cartas al director» los médicos del hospital huyen despavoridos ante la terrorífica perspectiva de tener acreditar unos mínimos de catalán a los dos años de su ejercicio en la Isla...

Si levantamos la vista, la tradicionalmente flemática Gran Bretaña es una olla de grillos, Norteamérica está paralizada por la obsesión de un niño rico malcriado por construir un megajuguete que impida la invasión de los hombres del saco, y España vira peligrosamente hacia una derecha rancia y casposa, con un Gobierno perplejo, paralizado y asustado por su propia debilidad, por los movimientos sísmicos a derecha e izquierda y por ese alacrán independista que lleva en su lomo mientras trata de vadear el río...

A todo ello, llamo a la presidenta del Ateneu para reafirmar que el Ateneu sí va bien (me había encargado una especie de comisión prospectiva) y decirle que huelgan comités de defensa de la república ateneísta (es un decir). Va tan bien que hoy mismo, cuando salga este artículo, dará comienzo el habitual y no por ello menos apasionante curso de Pensamiento y Cultura Clásica, bajo la dirección del no menos clásico profesor Francesc Casadesús. Un oasis, un florido pensil en pleno desierto, un auténtico Green Saturday, esperanza pura.

23-I-19 Miércoles

Y el defraudador de oro y avión privado hace el paseíllo (de modelos) ante el entusiasmo de sus admiradores, y afirma sonriente que «todo perfecto»... ¡Qué país!