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Si hay un espacio de ocio que ha ganado popularidad en Maó es el Mercat des Peix, o Mercat Femenias, desde que el anterior gobierno del PP impulsara su uso tradicional compatible con otra actividad de recreo. A día de hoy no debe quedar un solo residente o visitante asiduo a la ciudad que no haya recorrido su animado perímetro un sábado al mediodía. De hecho, al reclamo del éxito de este enclave, es fácil advertir por sus pasillos gentes de otros pueblos de la Isla cerveza, copa de vino o tapa en mano socializando con los presentes. A imagen y semejanza de otros mercados del siglo pasado en cualquier punto de la geografía nacional, la pescadería de Maó se ha convertido en lugar de encuentro de jóvenes y no tan jóvenes los sábados y fechas señaladas.

Como consecuencia, el Mercat ha contribuido a la dinamización del centro de la ciudad, tantos años inerme, y extendido la franja horaria sabatina desde la 1 hasta bien entrada la tarde. La actividad que en principio sembró protestas por el comportamiento incívico de algunas personas, ha sido regularizada por el ayuntamiento actual conquistando un grado notable de aceptación.

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Sin embargo, ahora resulta que el número de paradas de restauración y ocio que permite el recién aprobado Plan Director Sectorial de Equipamientos Comerciales, duplica el permitido. La actividad complementaria del Mercat des Peix alcanza el 60 por ciento mientras que el 40 lo ocupan los puestos tradicionales de venta de pescado. El plan del Consell está en fase inicial por lo que los concesionarios, en principio, no ven peligrar el negocio en que se ha convertido esta oferta debido a los contratos firmados a diez años vista.

Sería, en todo caso, absurdo modificarlos ahora para hacer cumplir un documento que debería tener flexibilidad e ir en consonancia con la aceptación popular. O sea, que nos vemos mañana en el Peix.