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La última borrasca Gloria ha puesto en evidencia lo que los científicos vienen anunciando desde que se habla de los efectos del cambio climático: los fenómenos meteorológicos extremos no son nuevos pero ha aumentado su frecuencia, es algo palpable en los últimos años, como también lo es que nos pilla sin nada preparado, el único plan es cruzar los dedos y encomendarse al cielo. Recordemos que por ejemplo en S’Algar hace tan solo tres años que se produjeron los mismos destrozos, algo que tiempo atrás ocurría también, cíclicamente, pero no antes de una década.

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La primera línea de mar está perdiendo atractivo, es un concepto a revisar desde muchos ángulos, también en algunos lugares concretos el inmobiliario; las vistas no compensan la inseguridad y las construcciones deben retroceder, no ya únicamente para proteger el litoral de la voracidad del desarrollo urbanístico, sino para protegernos a nosotros mismos. El impacto de las olas de récord del último temporal así lo aconseja. Los arquitectos plantean revisar la normativa actual y ampliar el límite a partir del cual no se puede construir en la costa; los ecologistas van más allá y hablan de «reubicar» esos espacios que cada vez que llega un temporal necesitan ser reconstruidos, en parte con fondos públicos. Es un debate abierto y de vital importancia. Ports de les Illes Balears ha anunciado que tiene en marcha un estudio –en convenio con la Universitat Politècnica de Catalunya–, del que derivará un plan de adaptación de la costa del archipiélago al cambio climático. Confíemos en que no sea una de esas planificaciones que se eternizan en el tiempo y llegue antes de que nos barra otro temporal.

En el Levante español, donde las pérdidas han sido multimillonarias, hay pueblos que ya se plantean devolver a la naturaleza lo que es suyo y reclama, una primera línea construida y abusada. O se retrocede o se planifica cómo frenar el embate de las olas. Lo que ya no nos podemos permitir son pomposas declaraciones de emergencia climática si luego se quedan vacías de contenido y de medidas concretas.