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Estas semanas de confinamiento por del Covid-19 estamos asistiendo a una rápida y obligada transformación socioeconómica, con una drástica reducción de la producción, el consumo y el turismo en la mayoría de países afectados. Unas consecuencias económicas, hasta el momento desconocidas, en un entorno donde lo local es global y lo global es local esta pandemia no entiende de fronteras. Las dificultades para frenar su propagación están obligando a los gobiernos de todo el mundo a tomar medidas extraordinarias. Los ciudadanos poco a poco tomaremos conciencia global, al encontrarnos frente a un posible cambio de paradigma.

Se dice, que en estos momentos "hay que ir todos juntos" en la lucha contra esta importante pandemia. Expresiones como las aparecidas estas últimas semanas en el Diario Menorca: "Todo ha saltado por los aires" o "La economía también ha contraído un virus", evidencian hasta qué punto, todo era Jauja, politiqueo y una fiesta de excesos, debido a un virus económico y social contraído durante los últimos 50 años, que ha ido aumentando como una bola de nieve, que sumado a las circunstancias excepcionales del momento, marcará un antes y un después.

En estas circunstancias de confinamiento de la población, con una suspensión de la actividad económica casi por completo, cobra especial relevancia el milenario sector primario, motor estratégico de la industria alimentaria y uno de los pilares básicos del funcionamiento de toda la sociedad Menorquina, que lleva tiempo en crisis y que nos vuelve a recordar la importancia que tiene para nuestro territorio insular.

Menorca partía de una situación laboral y empresarial totalmente desequilibrada, hoy agravada por el Covid-19, con una baja productividad, empleos temporales con una excesiva dependencia del sector servicios, rentable solo unos pocos meses al año, dónde sólo algunas de las empresas dedicadas a la exportación han podido disponer de mayor estabilidad en su actividad anual. Ahora, probablemente ni esto.

Cabe resaltar que durante estos últimos 50 años, se han redactado una maraña de leyes y normativas sobre el territorio, limitando e incluso destruyendo en algunos casos, lo conseguido durante milenios: una potente y próspera ganadería y agricultura, sus grandes industrias agroalimentarias lácteas, queseras y cárnicas. De igual manera dichas normativas también han conseguido limitar la actividad turística rural, dimensionada a su capacidad territorial, complemento ideal de las actividades agrícolas y ganaderas para hacer rentable y sostenible el territorio rural y sus bienes raíces. Hoy semi abandonado.

En CIUDADANOS se ha venido analizando con detalle la evolución de Menorca a través de multitud de documentos históricos y actuales, ha resultado de especial interés la lectura y estudio de la Tesis Doctoral de D. Alfonso Méndez Vidal, que abarca del año 1.708 hasta el 2.006. Lo expuesto, también en el Estudio La Vía Menorquina de Crecimiento de Carolina, Beltrán y Carlos Manera, el Estudio de Producción de Flujos Alimentarios de Menorca de D. Joaquín García-Roldan y el Estudio Marcó del Desarrollo Agrario de Menorca de D. Salvador Florit, Pedro Pons Bagur y Sergio Mari, entre otros documentos.

De todo lo analizado, resalta la década de 1960/70, donde se puede comprobar cómo Menorca se modernizó creando muchas de las infraestructuras y embriones de los servicios públicos y privados actuales: un moderno aeropuerto, redes de alcantarillados y agua potable, el enlace viario del polígono con el puerto de Mahón, muelles, red telefónica, colegios, nuevas urbanizaciones urbanas y turísticas, polígonos industriales, mataderos, industrias frigoríficas, industrias de bisutería, calzado, turísticas y de restauración, comercios, supermercados, etc. Todos estos logros se consiguieron con unos presupuestos muy modestos. Fue una década prodigiosa posible gracias a las iniciativas y entendimientos de las Autoridades como al esfuerzo de toda la Sociedad Menorquina.
Así mismo, dentro de la década de 1970/80, Menorca, siguiendo la expansión creada en la década anterior, logró tener una gran cabaña ganadera con más de 56.000 reses de leche, más de 200.000 aves de carne y ponedoras, exportando anualmente en vivo más de 7.600 terneros y 3.600 vacas.

Fruto de este gran desarrollo ganadero fue la creación de: empresas, industrias lácteas y queserías, cinco modernos mataderos, dos públicos y tres privados de aves, que permitieron grandes producciones para todas las industrias cárnicas, con criaderos en los fincas (llocs), en cebaderos y granjas, generándose una gran perspectiva de futuro. En el año de 1985, se producían en los mataderos, más 1.047 toneladas, más otras 780 toneladas de aves, además de grandes producciones de queso. Una prosperidad económica que se fue malogrando en su expansión y crecimiento, por actuaciones partidistas equivocadas.

Por otra parte, también experimentó un gran aumento la cabaña lechera con 12.000 vacas, llegando en 1987/88, a producir más 41 millones de litros y su transformación en quesos, aplicando mejoras genéticas y sanitarias, que permitieron llegar en 1988/89 a producir 60 millones de litros de leche y en 2002/2003, a 71 millones de litros.

De todo este potencial del sector primario y agroalimentario, hoy tan solo queda una cabaña de apenas 30.000 animales y 30.000 aves de corral. Una producción láctea de unos 50 millones de litros de leche, un 70% transformada en queso, con apenas 8.600 vacas lecheras. Una situación donde la más grande industria quesera ha tenido que ser ayudada, en diferentes ocasiones, con subvenciones e inyecciones de capital por parte del Govern.
En la actualidad, solo quedan 135 fincas lecheras o de queso (llocs) y algunas de ellas en vías de extinción. En cuanto al sacrificio de ganado en 2018, en los dos mataderos municipales fue de tan sólo 1.336 toneladas y de 131 toneladas de aves en los mataderos privados. Igual situación corre el sector de frutales, donde la grave situación económica y social existente se ha transformado en endémica.

De aquí viene que los payeses digan que están al límite y no solamente ellos, sino también muchas más EMPRESAS de los sectores turísticos y de servicios, las cuales se encuentran en similares situaciones de precariedad.

Todos tenemos la esperanza de que esta pandemia del coronavirus sea derrotada. La situación creada dejaran paso a un horizonte diferente, en algunos casos posiblemente será, como empezar de nuevo.

Entendemos desde CIUDADANOS que Menorca puede conseguir, como otras tantas veces, recuperar su potencial y prosperidad de futuro en torno a sus tres pilares fundamentales, sector Primario, Industrial y de Servicios.

Para ello es imprescindible el entendimiento de las Autoridades y la Sociedad civil, como así lo lograron nuestros abuelos y padres en la década de 1960/70. Este es el mensaje que queremos transmitir desde CIUDADANOS, a nuestro Mundo político y a toda la Sociedad Menorquina. Para ello hará falta adaptar las actuales normativas y especialmente la revisión del PTI a muchas de las peticiones que viene solicitando la Sociedad Menorquina, y que hasta la fecha no se han sido atendidas, vistos los resultados actuales.