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Cuando andamos, pisamos el suelo con la sensación de que ese suelo es firme y casi eterno. La Tierra esta siempre aquí y nada cambia. Pero no es así, la Tierra cambia y evoluciona constantemente. Eso lo hemos visto estos días cuando de pronto hemos oido hablar de nuevo de Zelandia, el octavo continente que ahora está bajo el mar.

La cosa pasó hace unos 84 millones de años, no es ayer para nosotros pero es casi ayer para la Tierra. Fue cuando se separaron Australia y la Antártida y como resultado se hundió en el Océano Pacífico Zelandia, ese octavo continente que los unía. Nos enteramos de lo que pasó solo hace tres años, cuando se descubrió y empezó a explorar ese territorio submarino. Esas exploraciones fueron muy detalladas extrayéndose miles de muestras en las que se encontraron centenares fósiles de lo animales que lo poblaban.

CaptionMapa de Zelandia, el continente sumergido

En estos días, científicos de Nueva Zelanda han hecho público un mapa detallado de Zelandia en una pagina web, de forma que se puede explorar con detalle ese continente. Esto es lo que ha llevado de nuevo ese continente a la actualidad. Es importante tenerlo presente como un ejemplo de que grandes cambios pueden ocurrir y han ocurrido en el planeta.

Ahora los cambios más obvios se ven en el clima, ya he hablado de eso bastantes veces en estas páginas, pero creo que es muy importante seguir hablando y discutiendo las novedades que hay y de las que casi no mencionan la mayoría de medios de comunicación. De nuevo hemos tenido un record este mes de Mayo como el más caliente desde que tenemos datos. Sigue sin parar el aumento de la temperatura en la Tierra y eso nos puede llevar a más serios cambios, más serios que la presente pandemia.

Como hemos visto últimamente, los aumentos térmicos han sido más pronunciados en el norte de Estados Unidos y en la zona norte de Siberia. En la zona de New England y en el Este de Canada se han llegado a temperatures record por esa época del año, unos diez grados por encima de la temperatura media habitual. En Siberia, en la ciudad de Verkhoyansk, al norte del circulo polar Artico, hace unos 15 días se llegó a los 38 grados, la temperatura más alta de su historia.

Con esos aumentos de temperatura en Siberia se está fundiendo el permafrost creando serios problemas. Como ciudades están construidas sobre el permafrost esto afecta a la estabilidad de los edificios y al futuro de cultivos. Aparte de los problemas a más largo plazo, un serio problema ha sido la rotura de un tanque de combustible en Norilsk en donde se almacenaban veinte mil toneladas de diesel. El combustible se ha desparramado a un rio cercano, el Ambarnaya, causando una catástrofe medio-ambiental de serias consecuencias para la región.

A pesar de la negativa de algunos a reconocer el cambio climático, el aumento térmico es sistemático en particular en los últimos años. Ya se ve muy difícil parar esa subida y controlar sus consecuencias.

Alguien puede decir: Siberia está muy lejos, eso no me afecta a mi. Curiosamente ha aparecido estos días un estudio que ilustra como algo lejano nos puede afectar. Los años 43 y 42 antes de la era común, en Europa y el norte de Africa, fueron muchos más fríos y lluviosos que lo normal. Se destruyeron las cosechas, hubo hambrunas y enfermedades como consecuencia. Esto generó una grave crisis social. Esto pasaba al año siguiente del asesinato de Julio Cesar. Esta tensión social contribuyó de forma importante a la caída de la República Romana y la implantación del Imperio.

El cambio en el clima durante estos dos años fue consecuencia de una gran erupción volcánica. Ahora se ha identificado el volcán que causó el problema. Es el monte Okmok en la isla de Umnak en las costas de Alaska. O sea que no fue un volcán en una esquina del Mediterráneo sino cerca del circulo polar Artico.

El planeta sigue cambiando y estos cambios nos afectan a todos los que lo habitamos. Pero no hay que olvidar que somos nosotros los responsables del cambio climático global.