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Después de seis meses con cáncer pancreático falleció John Lewis a los 80 años, todo un símbolo en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Desde los años 60 hasta ahora ha sido constante su lucha por los derechos civiles tanto como simple ciudadano primero como político en estos últimos 34 años.

En 1965, el presidía el Comité de Coordinación de Estudiantes No-Violentos y venia a ser el segundo de a bordo en el equipo de Martin Luther King, el líder máximo en derechos civiles para los afroamericanos. En este año se reunieron en Selma, Alabama, grupos en defensa de los derechos civiles. La represión fue sangrienta y a las pocas semanas se vuelve a reunir para protestar de la muerte de un ciudadano afroamericano en manos de la policía. Como puede verse muchas cosas no cambian. Hubo de nuevo una manifestación pacífica de Selma a Montgomery cruzando el puente llamado Edmund Pettus Bridge. Pero allí acabó debido a una nueva represión policial.

En aquella ocasión John Lewis recibió un golpe en la cabeza que le ocasionó fractura de cráneo. Como el mismo contó, él creyó que eso era su final. Pero sobrevivió y siguió luchando por los derechos civiles durante todos esos años. Cuando Obama llegó a presidente y en la manifestación que se hizo conmemorando el 50 aniversario de Selma, el presidente ya dijo que John Lewis había abierto el camino para llegar a donde estábamos.

En aquellos años 60 los españoles que creíamos en la democracia, mirábamos a los afroamericanos y en particular a Martin Luther King como ejemplo a seguir. Era los años del Sindicato Democrático de Estudiante y de organización de manifestaciones pacíficas. Lo viví en la Universidad de Barcelona. También fueron años de represión a porrazos. Siguiendo la lucha de los afroamericanos cantábamos aquello: «Como un pino junto a la ribera, no nos moverán». Los afroamericanos en Estados Unidos habían tenido una vida muy dura y sabía resistir. Nosotros unos señoritos universitarios a la primera porra salíamos corriendo.

A pesar de correr, nos ganamos algunos porrazos en las costillas que nos dejaron señales. Las del cuerpo con los años se fueron pasando, pero las del espíritu no, se quedaron dentro y aun duelen al ver que por lo que luchamos aquellos años poco se ha conseguido, una democracia nominal cada vez mas deteriorada, una justicia que no lo es, y unos cuerpos de protección ciudadana que siguen aporreando a quienes se manifiestan pacíficamente. El 1-O nos dejó buena prueba de ello.

El día 27 el féretro de John Lewis volvió a cruzar el puente ahora escoltado por una guardia de honor. Supongo que se sentiría triste al ver como la policía sigue matando afroamericanos a pesar del progreso conseguido. Es fácil el honrar a los difuntos que no se han respetado en vida.

El puente en Selma sigue llevando el nombre: Edmund Pettus Bridge, en honor de un dirigente de Ku Klux Klan de Alabama. Como puede verse, la memoria histórica sigue sin respetarse en muchas partes del mundo. Es particularmente llamativo en este caso por lo simbólico del puente en la lucha de los afroamericanos.

¿Y qué dice de todo esto el Partido Republicano? Un par de congresistas republicanos quisieron honrar su memoria y dieron el pésame... poniendo la foto de 'otro negro', se equivocaron.

Trump, callado sobre este asunto, pero sí intentó justificar a los policías frente a les demandas de los grupos Black Lives Matter. Como siempre su justificación es de libro, dijo: «Hay más blancos que negros que mueren en manos de la policía». La frase es para estar orgullosos, pero no tiene en cuenta que hay muchos más ciudadanos blancos que negros y la mayoría de blancos iban armados y los negros desarmados. ¡Pero qué importa!

Esperemos que la lucha pacífica siga en defensa de los derechos civiles, que sigamos el camino abierto por ciudadanos como John Lewis que en paz descanse.