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Ha vuelto a saltar la noticia: el Caixer Senyor, Borja Saura, junto con la alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila y los concejales del Consistorio han decidido suspender las fiestas de San Juan de 2021-22 por causa de la covid 19. No es nada nuevo. Ya se suspendieron las del año pasado, 2019-2020. Y existe una larga retahíla de fiestas populares que no se han podido ni se podrán celebrar aún, las Fallas de Valencia y Los Sanfermines de Pamplona entre ellas. Para consolar la nostalgia de esa pérdida, que todos aplaudimos en pos de la prudencia, busco alguna frase bonita en el refranero y encuentro esta: «En la noche de San Juan, las enamoradas recogen de sus novios las enramadas». Bueno, en las fiestas de Sant Joan de Ciutadella no hay enramadas, pero seguro que tiene que haber todavía enamoradas.

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Por Sant Joan el verano llama a la puerta, y con el verano puede llamar también el amor. Claro que hay muchas clases de amor. No sé si ya lo han suprimido, pero antes existía el amor romántico. Los enamorados acariciaban a las enamoradas con un puñado de avellanas, algo totalmente galante –nada de apedrear–, o les regalaban un cucurucho de avellanas tostadas o de confites de almendra. Hoy en día las costumbres han cambiado. Ya no se dice enamorado y enamorada, como si el amor nos diera vergüenza, al menos esa clase de amor «ñoño» que sentían nuestros padres y nuestros abuelos. Yo he visto tirar arroz en lugar de avellanas, durante las fiestas de Sant Joan, y regalar polos en lugar de confites. Incluso he visto a los caballos, sin duda sedientos y sacrificados, saborear uno de esos polos a grandes lengüetazos. Por lo que respecta a los novios… Hoy existen noviazgos tan largos, novios tan remolones, que a lo mejor ya son abuelos y todavía se llaman novios. Lo más corriente, sin embargo, es que se llamen «pareja». «Esta es mi pareja» (por «este es mi marido», «esta es mi mujer») y la «pareja» no es ni un guardia civil ni una monja. Las cosas cambian que es una barbaridad. Cambian tanto que todo el mundo sale a la calle con mascarilla, un adminículo que se tiene que llevar incluso en la playa, y las fiestas de San Juan tienen que suprimirse para superar la pandemia de un virus que no existía –o no se había propagado- hace un par de san juanes. Pero del mal el menos, ahora dicen que con las «vacunas» volveremos pronto a la normalidad. Será la nueva normalidad, y en la noche de San Juan las enamoradas podrán volver a besar a los enamorados.