TW

23-IV-21 Viernes

Espléndida mañana de Sant Jordi en tertulia telemática con los alumnos del Colegio La Salle, que invitan al escribidor (sigue causándome demasiado respeto la palabra «escritor») a una charla coloquio sobre el oficio/hobby de escribir. Les hablo de mis primeras redacciones, especialmente la que escribí, dolorido, sobre la muerte por atropello de mi gatito Pancho; de los periódicos domésticos que compaginaba a lápiz y copias con papel carbón (que obviamente no han visto en su vida); de las musas y de Picasso, quien en una entrevista en la que el periodista le preguntaba si le visitaban las musas, por aquello de la inspiración artística, el pintor malagueño contestó que sí, pero que siempre le encontraban trabajando… Les comento también que el buen lector no lee para «matar el tiempo» sino para aprovecharlo, más aún, para respirar mejor.

Pero quería hablar a los chicos de esa otra forma de literatura que es el periodismo, de la necesidad de que en clase de valores cívicos o comoquiera se llame ahora la antigua asignatura de ciudadanía, se incluya la lectura y comentario de textos periodísticos y les aconsejo que contrasten opiniones, que no se acostumbren a buscar únicamente aquellas que confirman sus prejuicios. Les prevengo sobre los periódicos sensacionalistas que todos los días encuentran motivos para titular sus manías en portada a cinco columnas y que siempre incineran a los mismos en la pira. Finalmente les pongo en guardia contra postverdades y fakes y les llama mucho la atención que les diga (para captar su atención, que al cabo de treinta minutos de charla suponía declinante) que, así como periodismo y mentira deberían ser incompatibles, la novela es pura mentira, es una ficción que el escritor va desarrollando con la aquiescencia y complicidad del lector en un encuentro íntimo.

25-IV-21 Domingo

A pesar de los pronósticos de chubascos, luce un sol esplendoroso, ideal para visitar con un reducido grupo de familiares y amigos la Illa del Rei y mostrarles con orgullo la nueva sala dedicada a la oftalmología… Llegas a la isla y no recibes más que sonrisas amables. La niebla mental por los mil motivos que todos tenemos encima en esta época ingrata, escampa a los dos minutos ante aquel prodigio de desinterés, solidaridad y espíritu de equipo. Luis Alejandre aparece y desaparece como el Guadiana, cuando crees que lo tienes al alcance para una consulta ya no está allí. Revolotea como una mariposa libérrima y uno se pregunta, admirado, cómo hace este hombre para estar en todos los sitios sin estar en ninguno.

26-IV-21 Lunes

Noticias relacionadas

Tras una entidad admirable como la de la joven Fundació Illa del Rei, hoy le toca el turno a otra iniciativa ciudadana, centenaria en esta ocasión y no menos admirable como es el Ateneo de Mahón, cuya dinámica presidenta Margarita Orfila nos invita a los expresidentes (solo falta Juan Hernández Andreu, residente en Madrid) para mostrarnos oficialmente las obras realizadas que nos dejan un extraordinario Ateneo para el siglo XXI.

Orgullo es lo que siento al volver a pisar las dependencias ateneístas después de los confinamientos y que estoy seguro experimentan también mis compañeros por haber puesto todos nuestros granitos de arena. También melancolía por los tiempos (y los cabellos) idos, de los que rememoramos anécdotas y algunas categorías. La enhorabuena más cordial para Margarita y su formidable equipo y que no decaiga el espíritu del Ateneo, esa «agrupación enciclopédica de hombres doctos que, practicando la más absoluta Tolerancia van a la Cultura por la Crítica», que proclamara en su día uno de sus padres fundadores, el doctor Alabern. Salud y larga vida al nuevo Ateneo.

27-IV-21 Martes

Imposible evadirse de la rabiosa actualidad, que es lo que me pide el cuerpo después del subidón de orgullo por la extraordinaria y persistente iniciativa cultural de la sociedad civil mahonesa, pero es que los medios no hablan de otra cosa que de lo ocurrido el pasado viernes en la cadena SER con la performance de la señora Monasterio. Intento hacerme un juicio frío y sereno e inevitablemente pienso en el enorme poso que dejó el trumpismo en el mundo entero, y por supuesto en este Madrid en el que se sigue a pies juntillas su estrategia: embarrar el campo, identificar a un enemigo y cargar las tintas en las emociones, más a allá de debatir sobre datos o políticas de gobierno.

¿Qué hacer con la extrema derecha? Es la pregunta del millón cuya respuesta no tengo nada clara. ¿Ignorar sus provocaciones o tratar de desmontarlas? Lo del traído y llevado «cordón sanitario», promovido ahora por la izquierda me parece un brindis al sol, ventajismo puro y duro para mejorar sus expectativas electorales, si no va acompañado de una propuesta seria de apoyo parlamentario a la más que probable ganadora de las elecciones, la señora Ayuso…

En cualquier caso, la deriva de la campaña («Libertad o comunismo»/«Democracia o fascismo») es deplorable, un horror. No era esto, no era esto…