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El pasado jueves en un vuelo a Palma me encontré con un amigo que es presidente y responsable de uno de los sectores más afectados por la moratoria turística impuesta por la nacionalista Armengol y su círculo de radicales. Como tenía pinta de haber ido a hacer algún tipo de gestión le pregunté si había conseguido aturar el desastre. Me contestó que en Palma son molt caparruts.   

El viernes otro amigo profesional me aseguró que ‘eso del decreto turístico’ será un auténtico lastre para la economía de nuestra isla, un ataque en toda línea al desarrollo de Menorca, y me confesaba que una amiga que trabaja en una inmobiliaria en Mahón acababa de perder dos ventas que ya estaban apalabradas.

El sábado otra persona me contó que en otra inmobiliaria lloraron a lágrima viva (literalmente) al saber la noticia de ese intervencionismo paralizador porque habían trabajado muchos meses para llegar a conseguir una venta muy importante que ahora quedaba anulada. Desde que se ha sabido lo de la moratoria forzada, diariamente se están echando atrás inversiones porque nadie puede ni quiere esperar 4 años para hacerlas sin, tampoco, tener ya la seguridad de que un día se aprobarán. No ‘me lo dijo Pérez’, sino un reputado abogado menorquín.

Hay que recordar que la promoción y la imposición del intervencionismo siempre conducen a la pobreza y a la desgracia social. Por otra parte intervenir la voluntad de un particular que pretende alquilar a quien le pete una propiedad después de años de esfuerzos para poder pagarla, es un atropello a la libertad personal de esa persona. La regulación excesiva es una medida propia de un régimen autoritario.   

Por mucho que se disfrace con pátinas biosféricas y demás chorradas es indudable de que Menorca va quedando atrás en el desarrollo económico. El ‘lobby’ ecologista radical lo domina todo. El emprendedor, el inversionista (incluso el humilde trabajador que consigue ahorrar e invierte en un apartamento) es considerado un enemigo a batir. Aquí se ha asentado la tontería que pretende equiparar inversiones con destrucción de la isla cuando es todo lo contrario. La inversión siempre mejora las circunstancias que permiten una mayor protección y un mejor goce de la naturaleza. Además de repartir riqueza entre la población.   

Ecológicamente la inversión también mejora la Isla. Ya escribimos que la Menorca de hace 50 o 60 años era mucho más árida y estaba mucho menos cuidada que la actual. Las urbanizaciones turísticas, y las consecuencias del turismo, han embellecido la costa y han hecho crecer la masa forestal de una forma impresionante. Lo que antes eran amplias zonas rocosas que estaban casi desérticas (casi toda la zona sur de la costa de San Luis, por poner solo un ejemplo en el levante de la isla) se han convertido hoy en frondosas zonas verdes. Todo ese bienestar ecológico lo trae el desarrollo, no la paralización económica ni la intervención abusiva. Tanto hablar de sostenibilidad y resulta que tanta prohibición, tanta normativa y tanta incertidumbre hacen que lo único auténticamente sostenible que experimentemos hoy en Menorca sea el pesimismo.

Del respeto: Ya lo conté hace años. Estábamos en Londres hospedados en casa de unos buenos amigos que vivían en una bocacalle de la sofisticada Kensington Main Street. Era un viernes mediodía cuando la Policía municipal cerró la calle justo en la confluencia con la arteria principal (no lejos de donde está el restaurante ‘Sticky fingers’ del ex Rolling Stone Bill Wyman). Inmediatamente unos obreros con sus correspondientes excavadoras comenzaron a hacer zanjas a la velocidad de la luz. La superficie afectada debía ser de unos 350 metros cuadrados. Por la tarde las zanjas estaban acabadas y se habían ya retirado todos los escombros. Y antes del anochecer se tiró el cemento. El sábado por la mañana se instalaron unos tubos y se entrelazaron, por la tarde se cubrieron de tierra y materiales protectores, se apisonaron y se dejaron listos para ser asfaltados el domingo por la mañana con lo que la obra ya estuvo acabada, y pintada la calzada, en 48 horas. Confieso que, yo menorquín habituado a otro ritmo en la obra pública, tanta rapidez y eficacia    me deslumbró.

Siempre recuerdo aquello cuando lo comparo con los meses infinitos que normalmente, y ante el silencio cómplice de muchos y la inevitabilidad asumida por casi todos, se tardan aquí en acabar una pequeña obra. Eso viene a cuento de que la ampliación del parking público a la entrada de Sant Climent se ha convertido en un drama que dura ya meses. Las obras se eternizan al tiempo que dificultan las posibilidades de poder aparcar en toda la localidad. Y ello sin duda va en detrimento de    los comercios locales y del ciudadano residente o visitante que no sabe donde aparcar su coche. Respetar al ciudadano es evitarle molestias y limitarle al máximo las incomodidades. ¿Cuándo se actuará con más eficacia y menos indolencia? ¿Cuándo se respetará al ciudadano?

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Notas:

1- Iniciativa x Mahón anunciará noticias próximamente. No ha tirado la toalla.

2- En el Bar Nou de Mahón expone sus obras la artista mahonesa Toñi (Anastasia) Capó que muestra una serie de pinturas de marcado estilo personal que en pocos días ya es un éxito de ventas. Vale la pena visitarla.

3- ‘La emancipación de un intelectual llega cuando entiende que no es imprescindible ser de izquierdas’. (Savater).

4- Conmueve la insidia que le tienen a Vox algunos articulistas burgueses, unos, progres de libro, y otros, clásicos doctrinarios nacionalistas, que no parecen ser capaces de comprender por qué    las cosas suceden y evolucionan de la forma en que lo hacen.   

5- El ‘vermut’ menorquín de Binitord puede competir perfectamente con el Izaguirre o el Martini. Excelente.

6- El lío del PP: ¡Hay que ver lo que hacen las envidias, los celos, los miedos, los temores y los odios africanos!

7- Ayuso, quieran o no, recuerda a Lady Di: es la nueva princesa del pueblo… madrileño y ¿pronto? español.