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En el Instituto de Mahón el profesor de francés Sr. Montesinos nos enseñó los principios del idioma galo aunque fueran otras las circunstancias que nos hicieran mejorar su práctica. También, en el Ateneo, antes de Mahón y ahora de Maó, Madame Carmona nos enamoró del bello y dulce idioma de Juliette Binoche.     

Últimamente se escucha mucho francés por las calles menorquinas a las que adornan con su dulce sonido que en su forma más burguesa y refinada está tan alejada de las bastas pronunciaciones de las zonas de la ‘banlieu’. Para quienes nos gustan los sonidos ¿existe mayor dulzura que escuchar a Catherine Deneuve o a Sophie Marceau declamar una frase en su idioma natal? Sí, el francés es elegante y sexy.

Una pera es une poire en francés (pronunciado ‘puar). Y sucede que uno, en  su interior, exclama c’est la poire cuando me quiero indicar que algo es realmente peculiar o extraordinario, es decir, no ordinario.

Y nuestra isla c’est la poire porque aquí mandan quienes nunca se han presentado a unas elecciones democráticas. Son los que dirigen el cotarro pontificando sobre lo que se puede o no se puede hacer. Son esos ecolos que tienen acojonados a todos los políticos y especialmente a los técnicos de las administraciones que no se atreven a mover un papel sin el consentimiento de aquellos. Y esa es la causa de las tardanzas en la tramitación de proyectos. ‘Es la pera’ que se permita alargar esta situación.

La isla también ‘es la pera’ porque, aunque sea reiterativo por haberlo repetido mil veces, mucha gente quiere y exige vivir de un turismo sin turistas, tener electricidad sin energía eléctrica segura, promocionar coches eléctricos sin enchufes donde alimentarlos y sin energía de la que chupar... ‘Es la pera’ porque muchos aúllan en defensa de un transporte público que solo está en ciernes... ‘Es la pera’ que muchos de los que esclaten contra las piscinas tengan una en su casa.

Esta isla ‘es la pera’ porque se ha permitido cambiar nombres históricos de lugares, playas, fincas, localidades y ciudades por mor de una sumisión a unas normas petulantes dictadas desde ‘el extranjero nacional’ sin tener en cuenta nuestra historia y nuestra tradición.     

Menorca ‘es la pera’ porque aquí lo moderno es desprestigiar el lenguaje de nuestros antepasados a los que se tilda sin más de haber sido unos ridículos incultos.

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Aquí ‘es la pera’ por gastarse una millonada en la imposición de carril-bicis que solo quatre jams i un boi van a utilizar porque, a excepción de Ciudadela, no hay cultura de bici urbana en buena parte de la isla. El otro día unos jubilados refiriéndose a la inversión del ostentoso carril bici de la Vía Ronda de Mahón me decían ¡Quin disbarat!  Mirau com tiren es doblers des poble…! Naturalmente me acordé de Josep Pla en Nueva York y de su ¿I tot això qui ho paga?

En Mahón ‘es la pera’ que se haya prohibido la doble circulación por nuestro maravilloso Puerto, y ‘es la pera’ que no se hayan construido aún escaleras mecánicas para unir las rampas que comunican la ciudad con su rada.’ Es la pera’ leer ese titular de este diario (23 de Octubre): ‘Los peces huyen de la reserva marítima de la Costa Norte de Menorca’ ¡Oh, My God!.  Al parecer prefieren ser pescados como dicta su destino natural.

Si, Menorca es una isla peculiar y ‘es la pera’. Yes, indeed. Es una isla en la que suceden y pasan cosas en formato casi paranormal. Efectivamente ‘es la pera’ que un grupo de menorquines siga votando a quienes oprimen el desarrollo de nuestra Roqueta aullando en contra de cualquier cambio bajo el dogma de ‘No volem res que no sigui lo antic’, ‘No volem res que mos barati una sola pedra’.

‘Es la pera’ que incluso algún conocido intelectual de la izquierda radical, uno de esos que se pasan la vida recordando la guerra civil, sus tristezas y horrores, agite su pluma clamando contra el turismo entre continentes. A su parecer que vengan turistas desde Nueva York a Mallorca en línea directa es una afrenta al medio ambiente. Ese grito de ‘¡viva el localismo!’ es muy propio de los amantes de la tanca i s’ espardenya. Y ‘es la pera’ que alucinen  cuando gentes que vienen de afuera  promueven la reconstrucción de la riqueza urbanística menorquina que ellos, gestionando todo desde el poder, no han permitido ni sabido conservar. Hipócritas falsarios. Y, no podía faltar, ‘es la pera’ que se llame menorquinista a quien simplemente es catalanista y separatista.    Sí, Menorca c’est la poire.

2 Notas:

1- La propuesta de ley que pretende abolir la prostitución ¿hará salir a la luz el listado de políticos clientes de las meretrices que corre por los mentideros madrileños? Podría ser demoledor. Por eso no la prohibirán. No pueden.

2- Si Uds. tienen sentido del humor lean ‘Gravedad cero’, el último libro recopilatorio de relatos cortos de Woody Allen (Alianza).

3- Algunos pensamos que el micro clima ideológico que imponen algunos poluciona al aire de esta isla donde la libertad personal está desprestigiada.