TW

Pues nada, se ve que el próximo jueves, 23 de marzo, llegan los alienígenas al planeta tierra y, además, con las peores de las intenciones. O sea, conquistarnos, sublevarnos y someternos. Esperemos que se le haya pasado la tirria de las sondas anales. ¡Ojo! No lo digo yo, lo afirma un tiktoker (lo que vendría a ser un titiritero en los tiempos modernos) que asegura que es un viajero del tiempo que viene del futuro para alertarnos y cambiar el curso de las cosas. Qué palo! ¿No?

No sé a ti pero a mí una guerra entre especies me pilla fatal. La semana que viene tengo un montón de cosas por hacer y tendré muy complicado lo de conseguir armas, organizar un ejército de la resistencia y ponerme a pegar tiros contra los bichos, en plan Will Smith. ¿No lo podríamos posponer para después de Semana Santa, antes de que se desmadre todo con la llegada del verano? Lo digo por organizarnos, que luego todo serán prisas y lo de luchar, sobrevivir y ganar saldrá ‘regulinchi’ con las consecuencias funestas para la especie humana.

Vale, ya paro. No sé si me parecen más alucinantes las milongas que cuenta el personal a cambio de que le hagan un rato de caso, o aquellas personas que se lo creen con absoluta convicción y a veces devoción. Una de las consecuencias más negativas de las redes sociales es que hacen de altavoz de cualquier tonto por ciento y, peor aún, facilita a otros que lo puedan creer, creando ejércitos de tontos, tontas, tontes, tontus y tontis.

Noticias relacionadas

Sinceramente, veo muy complicado que el jueves aterrice un ejército de marcianos encabronados a nuestro planeta con ganas de armar jarana, llámame aburrido si quieres. Lo digo porque sería de muy mal gusto que, sin venir a cuento, líen la marimorena cuando, quizás, podríamos sentarnos en una terraza ahora que el mal tiempo nos da alguna tregua, compartir una caña y unas patatillas y arreglar cualquier inconveniente que motive este interés de destrucción masiva por su parte.

De todas formas, estoy tranquilo. Si una especie de otra galaxia ha cruzado el universo para liarla parda, lo mismo cuando vean el precio de la vida en este planeta cambian de opinión y dan media vuelta. No está la cosa ahora mismo como para invertir bélicamente en nuestro pequeño terreno. Si la vida está chunga para los que estamos acostumbrados, imagínate para los recién llegados.

Lo mismo, si nuestros vecinos intergalácticos llegan y ven el percal que tenemos aquí montado se apiadan y en lugar de conquistarnos nos ofrecen la posibilidad de llevarnos a otro planeta donde todo esté más fácil. Que seguro que no son tan malos como los pintan en las películas.